Capítulo 2.

- ¿Louis? ¿Qué haces aquí?
- Este es el piso que comparte uno de mis mejores amigos con su novia y me ha pedido que viniera yo a recoger sus cosas para no cruzarse con ella.
- Dirás ex novia.
- Sí, verdad - rió nervioso - ¿qué haces tú aquí?
- Este es el piso de mi mejor amiga y he venido a ver si Liam se había llevado ya sus cosas para que ella pudiera volver.
- Vaya.
- Sí.
- Dios, cuánto tiempo.
- Ya ves.
- Y qué casualidad que tu mejor amiga fuera Danielle ¿no?
- Sí - estaba nerviosa. Llevaba años sin ver a mi mejor amigo, la última imagen que tenía de él era de un chico de diez años y ahora era todo un hombre de 20. Bueno, no exactamente ya que Lindsay era Directioner. Me había pasado los dos últimos años de mi vida regalándole cosas con la cara de mi mejor amigo de la infancia en grande. Había estado a su lado todo el tiempo solo que sin mantener contacto y, por supuesto, sin que él lo supiera.
- ¿Y cómo está tu madre? No hay día que mi madre no se acuerde de ella.
- Supongo que bien.
- ¿Supones?
- Sí, bueno, no creo que le gente del cielo esté mal ¿no?
- No me jodas - se tapó la boca con dos manos y abrió mucho los ojos - Lo siento mucho, de verdad.
- No pasa nada, no lo sabías - sonreí falsamente, estaba a punto de echarme a llorar.
- ¿Y como lo lleva tu padre?
- Bien, seguro que está contento de poder estar con ella todos los días.
- No puede ser - repitió el gesto de antes - Soy un puto bocazas, de verdad que lo siento.
- No pasa nada.
- ¿Y cómo? ¿Por qué no se lo dijiste a mi madre? Ella hubiera cuidado de ti y de tu hermana.
- No se lo dije porque llevábamos seis años sin hablar, ni llamarnos ni nada y no iba a obligar a tu madre a cuidar de vosotros cinco y nosotros tres.
- ¿Vosotros tres?
- Sí, mi madre murió el día de mi 16 cumpleaños dando a luz a mi hermano y mi padre se suicidó días después. 
- Vaya putada - le dio una patada a la puerta - siento no haber podido estar ahí.
- No fue tu culpa que mi familia se tuviera que mudar a Londres y tuviéramos que separarnos, Louis.
- Pero yo pude haber mantenido el contacto.
- No importa, de verdad.
- ¿Y con quién os quedasteis? 
- Nos quedamos con mi tía hasta que cumplí los 18, que me llevé a mis hermanos a la casa en la que habíamos vivido siempre con nuestros padres.
- ¿Y cómo has podido tirar de ellos?
- Nada más que mis padres murieron, empecé a bailar en la calle para ganar dinero y hacerme tatuajes hasta que me vio un señor y me contrató en Britain's Got Talent. Dos años después, conocí a Danielle en la grabación de un videoclip.
- ¿Y ahora qué haces?
- Hoy mismo empiezo en X Factor.
- Vaya vida dura - suspiró - en serio que hubiera hecho lo que sea por ti.
- Te creo.
- Bueno, me tengo que ir - me eché a un lado para que pasara - ¿Sabes? Aunque llevemos diez años sin vernos, sigo sintiendo que eres como mi hermana ¿por qué no me das tu número para quedar y ponernos al corriente de todo?
- Parece un plan - saqué mi móvil y se lo di, me lo devolvió y me dio un largo abrazo.
- Te llamo luego. - cogió tres cajas y se las llevó. No había cambiado nada pero a la vez se había transformado en todo un hombre. Dios, no os voy a mentir, me encantó haberme cruzado con él. 
- ¿Louis y tú ya os conocíais? - preguntó Danielle cuando volví a casa.
- Sí.
- Hay que ver lo guarro que es el destino a veces eeh - asentí - en fin, gracias por haber ido a mi casa.
- No hay de qué - le di un abrazo y se fue. Justo cuando cerró la puerta, se oyó que alguien la abría con las llaves. Miré fijamente para ver de quién se trataba y vi a Lindsay entrar. - ¿Qué haces aquí? Se supone que debes estar en el colegio.
- Me han expulsado.
- ¿Por qué?
- Unas chicas estaban hablando mal de mamá y papá y diciendo que por su culpa tú te prostituías así que les tiré de los pelos.
- ¿Qué? Lindsay, ¿estás loca? Ya eres mayorcita como para hacer esas cosas.
- Pero decían que papá se suicidó porque no le importábamos - rompió a llorar así que la abracé rápidamente.
- Eso es mentira, no lo creas.
- Entonces, ¿por qué lo hizo?
- No lo sé, pero estoy segura de que nos quería con todo su corazón. - le di un beso en la mejilla - Pero esa no es razón para tirarte de los pelos con nadie, siempre que llevo a Timmy al colegio las madres me miran raro creyéndose que es mi hijo y que lo tuve muy joven por ser una guarra y no voy por ahí lanzándome a la cabeza de nadie.
- Lo siento.
- Está bien, ¿cuánto tiempo te han explusado?
- Tres días.
- Vale, ve a recoger a Timmy mientras que yo hago la comida.
- ¿No vas a castigarme?
- Papá y mamá murieron cuando yo tenía tu edad así que todo fue más duro para mí, hice cosas mucho peores - le acaricié el pelo y noté cómo ella tocaba mi tatuaje de la nuca, aquél "forever young". - ahora vete o Timmy se asustará.
- De acuerdo.  
Ya a la noche, mientras cenábamos, recibí una llamada.
-------- CONVERSACIÓN TELEFÓNICA --------
- ¿Sí?
- April, soy Louis.
- Ah, hola Louis - Lindsay levantó la cabeza rápidamente y me miró.
- ¿Qué te parece si vienes este viernes por la noche a mi casa y nos ponemos al día de todo?
- No sé, Louis, tengo que buscarle una canguro a Timmy.
- Ah bueno, llámame con lo que sea.
- Descuida, adiós.
- Hasta luego.
------- FIN DE LA CONVERSACIÓN -----------
- ¿Quién era? - preguntó Lindsay.
- Louis - dije cogiendo una servilleta para limpiarle la boca a Timmy, que se había llenado de tomate hasta las cejas.
- ¿El Louis de cuando vivíamos en Doncaster? - parecía increíble que ella, siendo Directioner, no sospechara que se pudiera tratar del mismísimo Louis Tomlinson, de su amado One Direction. Aunque, claro, la última vez que ella vio a Louis, tenía seis años así que no se acordaría muy bien de cómo era.
- Sí.
- Pero si hacía mucho que no nos vemos, lo recuerdo súper cariñoso conmigo ¿cómo ha encontrado tu número? ¿Qué quería? - No le iba a decir que me lo encontré en el piso de Danielle recogiendo las cosas de Liam porque entonces sabría que se trataba de uno de sus ídolos.
- Cuando iba de camino a la casa de Danielle para ver si Liam se había llevado sus cosas nos cruzamos, nos reconocimos y se lo di. Por cierto - le apunté con el tenedor - no se te ocurra twittear o decir por ahí que Liam y Danielle han roto eeh, espera a que ellos hablen de ello.
- Jo, es una pena que hayan roto - dijo triste - Danielle podría habérmelo presentado...
- Consiguió que te siguiera en Twitter, no te quejes.
- Es verdad - sonrió - Bueno, ¿qué te ha dicho?
- Y cada vez que Danielle viene a casa te haces una foto con ella y la subes a Twitter para que la gente sepa que la conoces de verdad. Obsesa.
- Dedicada. Y gracias a eso ya tengo más de 10.000 seguidores.
- Más de 10.000 obsesas como tú ¿no?
- Dedicadas. Pero eso lo dices porque tienes menos y estás celosa.
- Tengo más de 26.000.
- Claro, pero porque Danielle siempre te está mencionando y subiendo fotos contigo y porque te siguen todos los famosos con los que has bailado. En fin, no me cambies de tema, ¿qué te ha dicho?
- Que fuera este viernes a su casa.
- ¿Y por qué le has dicho que no lo sabes?
- Porque no puedo dejaros solos.
- Tengo 16 años, yo cuidaré de Timmy.
- No - rechistó él.
- Que sí.
- Que no.
- Que sí.
- Que no.
- ¡Ya basta! - me levanté, cogí mi plato y lo metí en el lavavajillas. - Timmy, cariño, termina rápido y nos vamos a cama.
- ¿Me seguirás leyendo el cuento?
- Claro - le acaricié la cabeza - tengo muchas ganas de saber qué le pasa al final a la Sirenita.

[Narra Louis]
¿Que si me había alegrado encontrarme con April? Muchísimo. No solo porque era mi mejor amiga de la infancia, sino porque era mi esposa. Reí al recordar ese momento en el que nos "casamos" en el patio del colegio. 
Había cambiado muchísimo. Su pelo rubio y corto había pasado a ser castaño muy claro y largo, hasta el final de la espalda, su cara redonda y regordeta ahora era alagada y fina, típica de una modelo. Sus ojos seguían siendo de un verde esmeralda preciosos y sus labios se habían vuelto carnosos. Su piel era tan pálida como antes solo que ahora era un blanco mucho más bonito y le habían salido diminutas pecas en la nariz y las cuencas de los ojos. De ser una enana rellenita había pasado a ser una chica de mi estatura, bastante alta para una mujer, y delgada, con el típico cuerpo de bailarina. Por no hablar de que tenía un infinito tatuado en la muñeca y "forever young" en la nuca y de los piercings que tenía: una aro plateado en la nariz y otro en el cartílago de la oreja.
Había preparado una cena sencilla con la ayuda de Harry, el plan era comer algo ligerito y luego beber unas cuantas copas mientras nos contábamos como nos había ido la vida y tal. Estaba recordando viejos momentos cuando sonó el timbre, me levanté con energía y fui a abrir.
- ¡Hola! - le di un beso en la mejilla - Estás guapísima.
- Gracias - sonrió - Tú también.
- Pasa - me eché a un lado y dejé que pasara, le quité el abrigo y lo colgué del perchero que había detrás de la puerta.
- Tienes un piso muy bonito.
- Gracias, lo comparto con un amigo. - nos sentamos a comer, a beber, a contarnos nuestra vida y tal - Y bueno, supongo que el resto, a partir de X Factor ya lo sabes.
- Sí, votaba por vosotros siempre - rió - y estoy harta de comprarle cosas a mi hermana con tu cara en grande.
- Por cierto, ¿cómo llevan tus hermanos eso de estar sin padres? - bajó la mirada y su sonrisa se desvaneció - Perdón, no debí haberlo preguntado. Yo solo...
- No pasa nada, solo quieres saber cómo me va mi vida - me miró y sonrió, entonces vi que tenía los ojos vidriosos - Mi hermana lo lleva mal pero es normal porque desde los 12 años está pasando por todo lo que yo pasé, la única diferencia es que yo tenía madre y ella no. Entonces, yo, con 16, tuve que hacerme madre de una niña de 12. Pero lo peor es ahora que tiene 16 y su vida está llena de problemas.
- ¿Y el pequeño? ¿Timmy se llamaba? - asintió.
- No sabe que tuvo madre ni padre, no pudo disfrutarlos. A veces pienso que cree que soy su madre y, aunque no pueda igualarla, lo intento porque se merece eso y más. Lindsay muchas veces le echa en cara que nuestra madre murió por su culpa pero yo no lo veo así, yo pienso que si murió fue para quedarse en él y vaya si lo hizo, Timmy es exactamente igual que ella, tiene la misma cara que ella cuando era pequeña y es muy listo y cariñoso.
- Me vas a hacer llorar - reímos - Bueno, sabes que aquí tienes a tu marido para lo que sea ¿vale?
- Vale - rió - No puedo creer que te acuerdes de eso.
- Pues créelo.
- Qué penosos éramos.
- Oye, que yo te quería.
- Y yo pero éramos penosos.
- Fuiste mi primera esposa.
- Y espero que la única - reímos, miró su reloj y se puso en pie - Mierda, son más de las 1am. Lo siento mucho, Lou pero tengo que irme, necesito volver con mis hermanos.
- No pasa nada, Aps - le di su abrigo y nos despedimos con un beso en la mejilla - Te llamo un día de estos para repetir.
- Sí, por favor - cerré la puerta y empecé a recoger todo, segundos más tarde, llegó Harry.
- Me he cruzado con una tía por las escaleras, rubia, bajita... Dios, cómo estaba - se puso las manos en el pecho y las alejó como diciendo que tenía unas buenas tetas. - Necesito averiguar si vive aquí o si tiene algún familiar en el edificio.
- ¿Para qué?
- Para ligármela. - reí - ¿Algún problema en que le entre?
- Tu cara. Eres feo.