domingo, 25 de noviembre de 2012

Capítulo 17.

"Una vez leí que con 50 años habremos conocido a lo largo de nuestra vida a unas 20.000 personas. Haciendo una regla de tres, obtuve que alguien de 17 años habría conocido aproximadamente a 6.800 personas. Pongamos que la mitad de esas personas, es decir 3.400, son hombres y la otra mitad, mujeres. Y supongamos que de esos 3.400, solo 1/3 están dentro del margen de edad en el que se incluyen todas las personas con las que podríamos tener una relación. Es decir, descartamos 2/3 en los que se encontrarían aquellas personas de las que nunca podríamos enamorarnos: familiares, niños, ancianos... Nos queda el siguiente número: 1.133'333 pero redondeando pongamos unas mil. De todas esas personas, nos enamoraremos de una sola. Estamos hablando de una milésima parte, de 0'001. Y, a su vez, esa persona de enamorará de una sola entre 1.000. De esta manera, la probabilidad de que la persona de la que uno se enamora sea precisamente la persona que se enamora de uno es, según las matemáticas, (1/1.000) · (1/1.000), lo que es igual a una posibilidad entre un millón. Así que, si se diera esa improbable situación de poder estar con la persona que quieres, si el destino ignorase a 999.999 opciones y convirtiera esa única posibilidad que había entre un millón en un hecho, en una realidad, ¿qué sentido tendría no aprovecharla? ¿Qué más da lo que venga luego? ¿Qué importa lo complicadas que sean las circunstancias? Si lo más difícil, lo que tenía una posibilidad entre un millón, ya ha ocurrido."

[Narra April]
Estaba un poco confusa. No sabía qué hacía en la camilla de un hospital y conectada a tantas máquinas ni mucho menos por qué Zayn se había ido corriendo nada más verme. Solo sabía que me dolía mucho la cabeza y que un hombre bastante guapo me estaba examinando. Entonces me fijé en un calendario que había en la habitación y vi los días que estaban tachados. Según eso, era 14 de marzo pero era imposible porque estábamos a 7. O quizás... no. ¿En serio me había llevado una semana en el hospital? ¿Por qué? Mi cabeza me dio una punzada, me toqué instintivamente y me quejé por el dolor. 
- No te toques o se te infectará - dijo el hombre.
- ¿Qué hago aquí? ¿Qué me ha pasado?
- La semana pasada te caíste en la ducha y te diste un golpe en la cabeza, perdiste mucha sangre así que te indujimos un coma del que ahora mismo te acabas de despertar. - Asentí confusa y se fue. ¿Que me había caído en la ducha? Estaba intentando recordarlo cuando alguien irrumpió en la habitación abriendo sin previo aviso. No podía ser él. No me había pasado tres semanas evitándolo para que viniera así por la cara. No, no era capaz ni de mirarle a los ojos.
- Estás despierta - dijo mirándome con los ojos muy abiertos y jadeando. Entonces recordé que me caí por intentar coger el teléfono para pedirle que dejara de llamarme. Así que él había sido el culpable de todo esto... sin dudarlo un segundo decidí jugársela. 
- Perdona, ¿quién eres? - su cara lo dijo todo. Me costaba mucho no exteriorizar mi risa.
- ¿Qué?
- ¿Estás sordo? ¿Quién eres?
- ¿No me recuerdas?
- Si lo hiciera no te preguntaría quién eres.
- Soy Harry, un amigo. - dijo mirando al suelo. Ahí fue cuando supe que me estaba pasando así que me reí para que se diera cuenta de que me estaba quedando con él.
- Yo s-s-soy Ha-Harry, un ami-i-go.
- ¿Qué haces?
- Intento demostrarte que me he quedado contigo, pelopolla.
- Pues a mí no me hace ni puta gracia, he sufrido mucho por ti estas siete semanas ¿sabes?
- ¿Y por qué? ¿Por que no parabas de llamarme? He estado una semana en coma por tu culpa, pedazo de tonto. - entonces entraron Zayn y Louis, que vinieron corriendo a abrazarme. Estuvieron un rato conmigo hasta que la enfermera les echó para ayudarme a asearme. Luego vinieron a verme mis familiares y el resto de los chicos y finalmente, me quedé a solas con mi hermana. - ¿Qué ha pasado en este tiempo? - dije cuando terminé de comer el postre.
- Pues nada del otro mundo, como venía aquí a estudiar estaba más concentrada y he sacado varias notazas.
- ¡Qué bien!
 -Y bueno, Danielle estuvo cuidando de nosotros durante toda esta semana y ha intentado que fuera un poco menos duro. Me encontré con Louis el segundo o tercer día y a raíz de ahí nos hemos hecho buenos amigos - Flipé ante la madurez de mi hermana, pensé que iba a estar fangirleando por ello pero me equivocaba - A Harry no porque Louis le decía que se fuera cuando yo viniera para que no me diera algo.
- A Harry no porque no ha estado aquí ni media hora.
- ¿Eres tonta? Harry ha pasado aquí todas y cada una de las noches, nada más que se iba cuando yo venía y porque Danielle le obligaba. - No podía creerlo. ¿En serio había hecho eso por mí? Y yo a cambio le había tratado como a una mierda. Me sentía muy mal por dentro pero a la vez me gustaba saber que él había estado cuidando de mí durante ese tiempo. No sé, quizás no fuera tan infantil después de todo.

Era 4 de abril, los chicos habían pasado todo ese tiempo fuera así que, aprovechando que hoy volvían a Londres, habíamos decidido comer todos juntos en el piso de Louis y Harry. 
Habían estado de tour por toda Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda así que solo lo había visto cuando fui a bailar para Olly en Nottingham. A partir de hoy harían cuatro conciertos en Londres y luego se irían de nuevo por el resto de Inglaterra para empezar su tour por Europa el 29 de abril. Yo bailaría con ellos estos cuatro días que iban a estar de conciertos en Londres y luego no los volvería a ver hasta que volvieran el 19.
Los días que habíamos pasado juntos en Nottingham había notado a Harry muy raro conmigo, no era raro del mismo modo en el que lo era siempre, no me evitaba porque le daba vergüenza ni nada de eso, sino que me contestaba enfadado o me miraba con rabia. Y yo había estado dándole vueltas todo este tiempo y había llegado a la conclusión de que quizás le quisiera un poquito bastante así que tenía planeado hablar con él para que me contara qué le pasaba y así poder olvidarme de todo.
Habíamos terminado ya de comer y los chicos habían decidido irse así que pensé que sería el momento ideal para hablar con Harry.
- Harry - dije cogiéndolo del brazo, pero él simplemente siguió andando. - Harry - me puse delante de él pero me esquivó - Harry, ¿se puede saber qué coño te pasa conmigo? - dije una vez había entrado en su habitación.
- Nada.
- Vamos, Harry, te conozco.
- Me parece increíble que me preguntes que qué me pasa.
- Si es por lo que te dije en la habitación del hospital, lo siento. No tenía ni idea de que habías estado ahí cada segundo, lo siento. Y te doy las gracias por haberlo hecho.
- No, no es eso. Y de nada.
- Entonces ¿qué? ¿Es por que terminamos lo de ser follamigos?
- No, y gracias por recordármelo - Era frío y ni siquiera me miraba así que me harté.
- ¿Entonces qué mierdas te pasa?
- ¡Que íbamos a tener un hijo, eso me pasa! - gritó mirándome por primera vez a los ojos. No entendía nada.
- ¿Un hijo? Harry, ¿de qué cojones me estás hablando?
- ¡No te hagas la tonta!
- No me lo estoy haciendo y no me grites.
- ¿Que no te grite? Te mereces eso y más.
- ¿Perdona? 
- No solo me ocultas que íbamos a tener un bebé, sino que después de estar una semana a tu lado por si te despertabas y aunque yo te hubiera dicho que te quería y tú huyeras, vas y me tomas el pelo fingiendo que te habías olvidado de mí.
- Así que es eso.
- April, no sabes lo que me dolió eso, cuando me preguntaste que quién era se me paró el corazón.
- ¿Por qué? 
- Supongo que tenía miedo de desaparecer completamente de tu vida.
- ¿No pensaste que quizás no te cogía las llamadas porque necesitaba pensar? Yo no quería que desparecieras de mi vida, Harry, pero quería pensar.
- ¿En qué?
- En ti, en mí y en nosotros.
- ¿Por qué? - No quería decirle que sentía algo por él, todavía no.
- Eso no importa, lo que importa es que estuviste llamándome cada hora y casi muero por tu culpa.
- ¡Eso es ridículo! - gritó. Entonces empezó una de las mayores peleas que tendríamos en toda nuestra vida. Estuvimos gritándonos durante horas, ni siquiera nos acordábamos de cómo había empezado, solo sabíamos que era de noche y que odiábamos pelearnos pero que eso todavía no había acabado.
- ¡Cállate! - grité saliendo de la habitación.
- ¡No huyas de mí! - gritó siguiéndome - ¡Esto no ha acabado! - me giré para tenerlo cara a cara.
- ¿Sabes siquiera por qué nos estamos peleando? ¡Porque has sacado un montón de temas que no tenían nada que ver con ello!
- ¡Sí que tienen que ver!
- ¡No, Harry, no!
- ¡Eres tan molesta! ¡Ya no tengo ninguna duda de por qué se suicidó tu padre! - se dio la vuelta y se sacudió el pelo. Ya está, se había pasado de la raya. Harry sabía lo mucho que me afectaba todo lo de mis padres. Apoyé mi espalda en la pared y me dejé caer hasta que terminé sentada en el suelo llorando sin parar. No podía creer que hubiera dicho eso. - ¿Qué? ¿Nada más que decir? - gritó desde el salón. El único sonido que fui capaz de hacer fue un leve sollozo. Se levantó del sofá al oírlo y apareció en el pasillo con la cara mucho más relajada e incluso con una expresión culpable. - ¿April? - Se sentó enfrente de mí al estilo indio con una expresión triste por haberme hecho llorar. - Lo siento mucho - dijo poniendo una de sus manos en mi rodilla. Yo la quité y atraje las rodillas hacia mi pecho, ni siquiera lo miré. - April, no quería decir eso, ¡lo juro! Eso solo que he estado estresado por los conciertos y el hecho de que me ocultaras que íbamos a ser padres pues lo ha jodido todo y si le sumas que me rompiste el corazón... Por favor, perdóname. - Entonces lo miré. Tenía los ojos llorosos y eso me rompió el corazón, no quería hacerle más daño del que ya le había hecho. Estiré las piernas y gateé hasta él, cogí sus brazos para descruzárselos y me puse entre ellos. Él me apretó contra su pecho, me senté en su regazo dejando las piernas a un lado y él dejó caer sus brazos hasta mi cintura, rodeé su torso con mis brazos y apoyé mi cabeza en su hombro. - Lo siento tanto - susurró.
- Te perdono, Harry - noté como su respiración se relajó y nos quedamos así unos minutos en silencio hasta que decidí romperlo - Lo único que no entiendo es qué quieres de mí. Quieres que estemos mal, quieres que estemos bien, quieres que te ignore... ¿qué quieres?
- Solo quiero tenerte - dijo girando su cabeza hacia mí, de forma que nuestros labios estaban casi rozándose - quiero besarte y quererte y mantenerte lejos del mundo para protegerte, pero quiero viajes y que veas todo y que tu vida sea una auténtica locura porque, si alguien se lo merece, ese alguien eres tú. - le miré confusa, no sabía de qué hablaba - También quiero esto. Quiero esos piques sin sentido, los paseos largos, las llamadas de madrugada, los mensajes de buenos días. Quiero tener fotos tiernas contigo, darte la mano, cocinar para ti, llamarte "cariño", "nena" o "pequeña". Las bromas, las peleas, las reconciliaciones. Quiero ser una de esas inseparables parejas de mejores amigos que hace que la gente pregunte "¿estáis todavía juntos?". Eso es lo que quiero. Y lo quiero contigo. April, yo te quiero y lo sabes. - Mi corazón se aceleró y ahí fue cuando supe que estaba enamorada de él. No podía creer que, por primera vez, la persona de la que yo me había enamorado sintiera lo mismo por mí así que me dejé llevar por mis sentimientos. Moví mi cabeza ligeramente provocando que nuestros labios se rozaran, él me miró dudoso así que actué yo. Rompí del todo la minúscula distancia e hice que nuestros labios se volvieran a juntar después de mucho tiempo, que nuestras lenguas volvieran a jugar juntas después de más de un mes, que mi piel se erizara y que sus hoyuelos aparecieran de nuevo. - ¿Qué significa eso? - preguntó sonriendo cuando no separamos.
- ¿Qué?
- April, yo estoy enamorado de ti y sufrí mucho cuando no me dijiste que sentías, no quiero volver a sufrir así porque te juro que duele tanto como si te pegaran un tiro en la cabeza.
- Vale, a ver... me gustaría pedirte perdón por todas esas veces que la he cagado, esas veces en las que te he hecho llorar y esas en las que te he borrado esa preciosa sonrisa enorme de tu cara. Lo siento por todas esas veces que no te he valorado tanto como te merecías, ni a ti ni a tus actos ni a tus detalles conmigo. En verdad yo lo único que quiero es hacerte sonreír y que enseñes esos precioso hoyuelos al mundo, hacerte disfrutar y hacerte feliz. Lo siento por esos días que estuve sin hablarte. Siento todo lo que te haya molestado, no era mi intención. Debes saber que... bueno que te... - ¿Por qué no podía decirlo? Si de verdad lo sentía, ¿por qué no podía?
- No hace falta que digas nada si no puedes, ya trabajaremos en ello - sonrió y nos volvimos a besar.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Capítulo 16.


[Narra Harry]
¿Aborto natural? Tenía que estar de coña, April y yo siempre lo habíamos hecho con protección. Aunque bueno, habían pasado tres semanas desde que dejamos de mantener relaciones ¿y si ella había empezado a salir con otro tío? Solo de pensarlo me dio un pinchazo en el corazón.
- ¿Estamos hablando de la misma April? - dijo Louis, ya que yo no podía articular ni un solo sonido.
- Sí, April Janet Tucker, veinte años.
- Doctor Pritchett, le necesitan en el quirófano cuatro - dijo una enfermera.
- Vale - sonrió y se dirigió hacia nosotros - Quédense aquí, nada más que se estabilice un poco, les llamaremos para que la visiten.
- De acuerdo, gracias - Louis puso su mano en mi hombro y me guió hasta una silla, me dejé caer en ella y me trajo un vaso de agua. - Harry...
- No, Louis, no digas nada.
- Me dijiste que usabais protección.
- ¡Y lo hacíamos!
- ¿Entonces cómo es que ha sufrido un aborto?
- Esas cosas no son 100% efectivas ¿sabes?
- Bueno, no te preocupes, quizás ese bebé fuera de otro hombre - dijo para intentar tranquilizarme. Aunque yo en mi interior sabía que no, que era mío. Durante las horas que estuvimos allí solo pude imaginarme cómo hubiera sido nuestro bebé: hubiera tenido nuestros ojos, mis rizos, quizás su color de pelo y probablemente mis hoyuelos, yo le hubiera enseñado a andar, montar en bici... y a todo a lo que enseñan los padres. Sí, vale que tenía diecinueve años y que nunca me lo había planteado pero, joder, ahora que sabía que habría sido padre de no ser por esto, me moría por dentro. Hubiera sido el bebé más bonito y envidiado del mundo y hubiera tenido a los mejores padres del mundo. Yo hubiera querido mucho a ese bebé, incluso hubiera dejado One Direction para dedicarme en pleno a él.

- Harry - Louis me dio unos golpecitos en el hombro - Harry, despierta. - me incorporé en el sillón de la habitación y le miré, estaba al lado de April. Rápidamente, me levanté alterado.
- ¿Qué pasa? ¿Se ha despertado? - negó con la cabeza - No me asustes así, ¿vale?
- Lo siento, solo he venido a decirte que ya puedes irte a casa, yo me quedaré aquí con ella.
- No, vete tú, yo me quedo. - Me senté de nuevo en el sillón y me quedé mirando a April. Llevaba una semana tumbada en esa estúpida camilla, una semana sin reaccionar a nada, sin despertar del maldito coma que le habían inducido los médicos. Estaba pálida, de un tono enfermizo y frágil, pero para mí seguía siendo la mujer más guapa del mundo. No reaccionaba a ningún estímulo exterior, pero sí tenía actividad cerebral y eso era lo que nos daba esperanzas de que de un momento a otro se despertara.
Danielle había estado cuidando de sus hermanos durante esa semana, solo había permitido a Lindsay que viniera a visitarla cuando Louis y yo nos hubiéramos ido para que no se muriera al conocernos, pero un día ella y Lou se encontraron. Según él fue algo así:
(FLASHBACK)
- Harry, vamos a casa.
- No, debo estar aquí para cuando se despierte.
- Harry, lleva tres días en coma, vamos a casa a ducharnos y volvemos enseguida. 
- Está bien - me levanté y nos fuimos. Justo cuando nos metimos en el coche, Louis cayó en que se había olvidado de coger la chaqueta así que volvió a la habitación de April. Entró sin llamar, pensando en que no habría nadie pero se equivocaba.
- Oh Dios mío ¡eres Louis Tomlinson! - gritó una chica de unos dieciséis años. Rápidamente la identificó, era Lindsay.
- Sí, y tú eres Lindsay Tucker - se acercó a ella y le dio dos besos.
- Ahora mismo me estoy muriendo de fangirleamiento por dentro pero estoy muy triste por mi hermana así que no soy capaz de exteriorizarlo.
- No te preocupes, prefiero eso a una niña gritona - rió y le empezó a recordar momentos que habían vivido en su infancia. La mayoría no los recordaba, pero se notaba que le ayudaba a calmarse un poco. Justo antes de que Louis se fuera se hicieron una foto.
El resto de los días, cuando Lindsay llegaba al hospital para hacer deberes y estudiar en la habitación de Lindsay, Louis y ella se pasaban hablando horas y horas de forma que Lindsay dejó de verle como su ídolo y le vio como lo que era: un amigo.
(FIN DEL FLASHBACK)
- Llevas aquí metido todos los días desde hace una semana, sales solo para asearte y luego vuelves. Hay más gente que puede encargarse de estar aquí con ella, como yo por ejemplo.
- De hecho, tú pasas aquí el mismo tiempo que yo.
- Pero solo para hacerte compañía, sabes que los chicos han hecho turnos para venir unos minutos cada día, tú en cambio pasas aquí hasta las noches.
- No me quiero ir Louis, ¿y si pasa algo? Quiero estar aquí - dije en un susurro.
- ¿Acaso crees que ella toleraría que te tiraras tanto tiempo aquí como has estado? No. - noté como una lágrima caía por mi mejilla. - ¿Por qué lloras?
- Porque creo que ni siquiera querría que yo estuviera aquí.
- Eres gilipollas, Harry, te has encerrado en tu habitación durante semanas solo porque le dijiste que la querías y ella no te dijo lo mismo. Que no lo hiciera no significa que no lo sienta, simplemente que no quiere que tú lo sepas.
- La echo de menos.
- Yo también - suspiró - Va, yo me quedo, ve a asearte y luego vuelves si quieres, pero ve, por favor - le miré seriamente y tras varios segundos accedí. Confiaba en Louis, sabía que si pasaba algo, sería el primero en enterarme. Además, se acercaba el momento en el que vendría Lindsay y no quería que me viera, no ahora. Cogí mis cosas, le di un beso en la frente a April por si lo sentía y dejé la habitación.
Cuando la persona que pone orden en tu vida casi siempre desaparece de repente, lo único que sientes es vacío. Eso es lo que sentíamos todos en aquel momento. Cuando el día del accidente el médico nos comunicó que le habían inducido un coma, y que no sabría cuándo podría despertar, a todos se nos resquebrajó algo dentro.
Pasé días, una semana, llorando silenciosamente mientras la acompañaba en la habitación del hospital. Nunca me separaba de ella, a no ser que fuera para ir a la cafetería o para ir a asearme. 
Retrasamos el tour solo para poder estar con ella en el hospital. Todos venían muy a menudo, y varias veces Niall o Zayn se habían quedado a dormir aquí cuando yo ya no podía más con el dolor de espalda, y Louis me sacaba arrastras del hospital para que durmiera en una cama aunque fuera por una noche. Todos estábamos dolidos, conmocionados y totalmente descolocados. April había pasado de sonreír todos los días, a no abrir los ojos siquiera.

[Narra Louis]
Ya era de noche, hacía un rato que Lindsay se había ido y que Harry había vuelto a la habitación. Volvía de acompañar a Lindsay a la salida y pasé por la cafetería para comprar dulces para Harry y para mí. Se había corrido la voz de que llevábamos visitando ese hospital varios días, así que de vez en cuando nos cruzábamos con fans y paparazzis. A mí no me importaba pararme para hablar un rato, pero a Harry le dolía mucho tener que fingir que estaba bien cuando era justo lo contrario así que cada vez que se cruzaba con una y era borde, luego twitteaba que lo sentía mucho aunque fuera mentira.
- Buenas noches, Louis ¿cómo está April? - la cocinera ya me conocía de la cantidad de veces que había pasado por ahí. Habíamos hablar numerosas veces, me hacía sentir bien porque me ayudaba a olvidarme de la gravedad de el asunto.
- Como siempre, sin cambios - la cocinera sonrió y me dio los dulces de siempre.
- Saldrá pronto, guapo, ya lo verás. - le sonreí, le di las gracias por le ánimo y puse rumbo a la habitación. Abrí la puerta un poco pero me paré al escuchar sollozos.
- April, yo... - era Harry el que hablaba - Lo siento. Nunca pretendí que nuestra amistad se fuera a la mierda, en ningún momento quise eso. Tampoco quise que te pasara esto... April lo siento. Sé que mis estúpidos "lo siento" no te van a sacar del coma pero quería que, si escuchas algo, supieras que siento muchísimo todo esto. Tenía que haber respetado tu decisión de dejar de vernos pero, te quiero tanto y estoy tan loco por ti... que de llamarte tanto al móvil no me di cuenta de que quizás tú no me quieras de la misma forma en la que yo te quiero. Perdóname, perdóname, te lo suplico...
Según lo que nos dijo el doctor, cuando una persona está en coma, normalmente puede sentir algunas cosas del exterior, pero no puede responder a ellas. Intentamos todo para que ella respondiera, que moviera algún dedo, o algo por el estilo. Pero no, ella simplemente seguía con sus ojos cerrados, y respirando por una máquina. Era horrible entrar y verla ahí, postrada en una cama, seguramente olvidando hasta de qué color era la hierba. Era totalmente horrible.
Abrí la puerta del todo y vi a Harry de espaldas a la entrada, con la guitarra española de Niall y posando su mirada en April.
- ¿Sabes? Iba a cantarte "Wonderwall"  pero luego pensé que "Chasing Cars" expresaría todo mucho mejor - dicho esto, empezó a rasgar la guitarra y con ello, a cantar las primeras frases. Cuando terminó de cantar la canción se levantó, le dio un beso a April y antes de salir, suspiró y me sonrió. Tenía los ojos hinchados, supuse que había estado llorando todo el tiempo que yo había faltado. - Estaba probando lo que dijo el doctor - asentí y le abracé. Harry salió para tomar un poco de aire dejando la guitarra al lado de la puerta, yo me senté al lado de April.
- Te ha cantado "Chasing Cars", deberías casarte con él - sonreí pensando que ella quizás pudiera oírme - ¿Sabes? Deberías volver. Aquí te echamos de menos, no sabes cuánto. Hemos atrasado el tour por Reino Unido una semana, como ya debes saber. ¿Y sabes? Creo que estoy enamorado de Delilah. Es todo muy raro, porque llevamos mucho tiempo saliendo en serio, pero hoy ha sido cuando me he dado cuanta de que no quiero a ninguna otra mujer en mi vida, de que quiero que ella sea la que use mi apellido. Es raro porque nunca había sentido nada así y creo que ella siente lo mismo. Sí, sé que quizás es una paranoia mía esto - le acaricié la mano - Pero mi vida es una paranoia si no estás para chincharme de vez en cuando, para decirme que soy una exagerado, o para escuchar cómo hablo de la rarezas que me gustan. Te necesito a mi lado April - susurré - Necesito que te despiertes, necesito que vuelvas a pasarte por mi piso cada fin de semana para desahogarte y olvidarte del resto del mundo, April, maldita sea, despierta. Despierta, por favor. - Me quedé mirándola para ver si había sonreído, si había respondido a algo. Nada. Suspiré y me levanté para ir a buscar a Harry, ya que si lo dejaba solo podría ponerse a gritarles a los paparazzis o a las fans que estaba fuera. Le di un beso en la frente y agarré su mano - Te quiero mucho, April, estés donde estés no lo olvides. - Y justo cuando le iba a soltar para irme, ocurrió algo alucinante: su dedo pulgar se movió lentamente por mi mano, dándome una caricia. Me quedé de piedra mirando aquél débil movimiento que duró apenas cuatro segundos. - ¿Me oyes? ¿Puedes oírnos? ¡Estás bien! ¡Maldita sea, has movido el dedo! - con una gran sonrisa y a punto de llorar, me abalancé sobre ella y la abracé mientras llenaba su cara de besos. Rápidamente, fui a buscar a un doctor para contarle lo ocurrido.
- ¿En serio? - dijo el doctor Pritchett asombrado.
- Se lo juro, señor.
- Está bien, aunque no signifique nada, iré a hacerle unas pruebas - dicho esto cogió varios papeles, los rellenó y se los dio a una enfermera - Lucy, prepara esto para hacerlo de inmediato.
- Vale, doctor. - Dicho esto, el hombre empezó a andar a paso acelerado y yo le seguí como pude. Minutos después ya estábamos en la habitación de April. El doctor la examinaba mientras yo miraba atentamente si reaccionaba a algo.
- Lo que me temía - dijo guardando su estetoscopio.
- ¿El qué? - pregunté asustado, a juzgar por su expresión, no era nada bueno.
- Cuando los pacientes llevan poco tiempo en coma, pueden reaccionar a algunos estímulos externos, pero eso no es señal de que esté mejor ni de que vaya a salir de ese estado.
- No lo entiendo.
- Digo que eso no prueba que vaya a despertarse.
- Ya, lo que no entiendo es por qué le indujeron el maldito coma si no iban a ser capaces de despertarla luego.
- Porque pensamos que su recuperación sería más rápida.
- Ya, pues se equivocaba. - Me fui enfadado, dándole patadas a todos los objetos que se me cruzaban en mi camino. 
No era justo, no era nada justo. ¿Por qué April? ¿Qué había hecho ella para merecerse eso? ¿Y sus hermanos? ¿Y nosotros? ¿Qué cojones habíamos hecho para merecer este maldito sufrimiento?
Salí del hospital para meterme en el coche de Harry y esconderme de todo durante un tiempo. Al salir, tuve que esquivar a unas cuantas fans y a un paparazzi que quería saber por qué llevábamos una semana yendo y viniendo. Una semana. Danielle no podría hacerse cargo de Timmy y Lindsay por mucho más tiempo ¿y si no despertaba? 
Abría la puerta con la típica fuerza de estar enfadado con el mundo y la cerré con más aún.
- ¡Eh! Cuidado con mi coche - dijo una voz proveniente de los asientos traseros. Me giré y vi a Harry tumbado muy encogido.
- Lo siento, no sabía que estabas aquí.
- ¿Por qué estás tan enfadado? - no quise contarle lo de la caricia ni lo que me había dicho el doctor para no preocuparle más de lo que estaba así que le mentí.
- Nada, el paparazzi de la entrada, que es un puto pesado.
- Hazme caso - rió levemente. Por lo menos le hice reír, fue la primera vez que reía en una semana. - Louis, ¿y si no se despierta?
- No digas eso.
- ¿Y si pasa?
- No va a pasar, April es muy fuerte ¿vale? Ni siquiera pienses en ello.
- Está bien, lo siento - Hubo un largo silencio. Un silencio de treinta minutos que no fue nada incómodo, todo lo contrario, era el silencio que necesitábamos para pensar y aclarar nuestras mentes. Entonces, cuando estaba a punto de quedarme dormido, alguien dio golpes insistentemente en las ventanas. Me sobresalté y la bajé, era Zayn.
- ¡Ha despertado! - Harry se incorporó de golpe y sin decir ni una palabra, se bajó del coche y corrió hacia el hospital como alma que lleva al diablo.
- ¿Qué? - dije sin poder creerlo.
- Sí, ha despertado - dijo Zayn con los ojos llorosos de alegría y una sonrisa inmensa. - Hace cinco minutos llegué a la habitación para pasar con ella el mismo tiempo que todos los días y la vi con los ojos abiertos, me acerqué a ella extrañado sin decir nada, ella rió algo cansada y dijo "¿Qué coño miras?". - reí - Ha despertado, tío.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Capítulo 15.

[Narra April]
- ¿Qué? - eso que acababa de decir me había cortado todo el rollo, pero él seguía besándome el cuello.
- Te quiero.
- Harry, para - cogí su cabeza con cuidado y le separé de mí.
- ¿Qué pasa?
- ¿En serio me estás preguntando esto?
- Sí.
- Harry, la única norma que teníamos era no sentir nada el uno por el otro y ahora vas y me dices que me quieres.
- Ha sido...
- Y no me digas que ha sido un acto reflejo, por favor - le interrumpí. Me eché a un lado, cogí la ropa del suelo y me la puse.
- ¿Te vas?
- Antes quiero que hablemos.
- De acuerdo - cogió su ropa del suelo y se sentó en su cama.
- ¿Sientes algo?
- Te acabo de decir que te quiero y yo nunca he tenido huevos de decírselo a nadie, por otro lado, nunca he estado enamorado realmente así que no sé si lo que siento es amor, solo sé que te quiero.
- Vale, Harry, no quiero hacerte daño ni herir tus sentimientos así que terminamos con esto ¿vale? - asintió - Y lo terminamos de verdad.
- Sí, sí, no te preocupes - se levantó para darme un beso en la mejilla, me lo dio y me fui. - Nos vemos luego.
- Claro, adiós - Iba a cerrar la puerta pero me agarró del brazo.
- April - me giré.- Si te vas a quedar que sea para siempre, si te vas a marchar, también. - no dije nada, simplemente me fui. No entendía cómo no podía haberlo visto antes: los picos, las caricias, el plan de San Valentín tan malamente disimulado... Joder. Lo peor es que no sabía desde cuándo sentía eso ni si le había hecho daño. Bueno, ahora seguro que sí le había hecho daño al terminar con eso. Danielle tenía razón. Y Louis. Todos.

[Narra Harry]
- Soy gilipollas - me dije a mí mismo en cuanto April se fue. No solo había jodido nuestra amistad con derecho a mucho roce, sino que seguramente y conociendo a April, me había cargado nuestra amistad. Y todo por decirle lo que sentía. Si hubiera sido una película, ella me hubiera dicho que sentía lo mismo pero no, no era una película.
Sentía un gran dolor en el pecho, algo que no había sentido nunca quizás fuera angustia o tristeza o que me estaba dando un infarto. 
- ¡Ya estoy en casa! - gritó Louis. Bien, mi salvación acababa de entrar por la puerta.
- Hola - dije dejándome caer en el sofá.
- ¿Y April?
- Se ha ido.
- Pues yo he gritado para que supierais que había llegado y pararais toda actividad sexual.
- No va a haber más sexo entre nosotros.
- ¿Por qué?
- Porque le he dicho que la quiero.
- ¿Qué?
- Sí, se me ha escapado, no he podido controlarlo, simplemente lo he sentido y lo he dicho.
- No me puedo creer que le hayas dicho que la quieres.
- Ella tampoco.
- ¿A qué te refieres?
- Se vistió enseguida, dejó claro que se acababa lo del sexo y se fue corriendo.
- Joder - suspiró - pero yo no me lo puedo creer en el buen sentido.
- ¿Hay un buen sentido?
- Le has dicho a alguien que le quieres, eso significa que te puedes enamorar y dejar tu vida de mujeriego.
- La había dejado gracias a ella, ahora tendré que volver.
- No seas gilipollas, estando enamorado de ella no podrás acostarte con otra por mucho que quieras.
- No estoy enamorado de ella.
- ¿Cómo lo sabes?
- No lo sé... ¿me ayudas a saberlo?
- ¿Qué sientes?
- ¿Ahora mismo? - asintió - Siento una gran angustia en el pecho, como una presión enorme y unas ganas de llorar acojonantes.
- Ooh el pequeñín se me ha enamorado.
- ¿Esto es enamorarse? - asintió - Pues en las películas lo pintan todo genial.
- Es que en las películas todo sale bien - cogió mi camiseta y me ayudó a ponérmela - Por cierto, no es angustia lo que sientes, lo que sientes es el dolor de tener el corazón roto.
- ¿Se cura?
- Síp.
- ¿Cómo? 
- Enamorándote de otra o siendo correspondido.
- No creo que ella sienta lo mismo que yo.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque ella no me ha dicho que me quiere, se ha ido corriendo, joder.
- Ay Harry, Harry, Harry, Harry - puso su mano en mi hombro - me parece increíble que te hayas enamorado por primera vez a los diecinueve años. - suspiró - A April nunca la oirás decir "te quiero". Lo sabes, ella no es una chica normal y corriente. Pero tiene cosas bonitas, por ejemplo su mirada. Si con esos ojos color verde esmeralda cálidamente abiertos, o si gira ligeramente la cabeza, ríe y te dice "eres idiota"... entonces ya lo sabes, es tuya.
- Tío, esto apesta - cogí un paquete de galletas y me encerré en mi habitación. No sabía que decir lo que sentías era malo, no sabía muy bien qué había hecho mal. Necesitaba un descanso y hacerme a la idea, aunque era imposible quitarme de la cabeza su voz diciendo "terminamos con esto ¿vale? Y lo terminamos de verdad", no podía creer que esas palabras hubieran salido de su boca. Intentaba estar bien pero era incapaz, nunca pensé que eso de que te rompieran el corazón dolería tanto y es que ella era todo lo que siempre había querido.
Lo malo de que no supiera nada del amor, era que no sabía cuánto tiempo iba a estar de bajona. Desde ese momento, no pude soportar las canciones de amor, todas eran una puta farsa. Nada más que pensaba en ella y todos me decían que era mejor así pero dolía muchísimo.
Tardé tres semanas exactas en aprender a vivir con ese dolor en el pecho, con el corazón roto pero eso es otra historia.

[Narra April]
Pasaron tres semanas, tres semanas en las que no vi Harry. No porque él me evitara, todo lo contrario, no paraba de llamarme al móvil y mandarme mensajes que no quería responder, sino porque yo lo evitaba a él. No quería tener que mirarle a los ojos y decirle que no sentía lo mismo. Bueno, quizás no fuera que no quería, sino que no podía.
Desde que Harry dijo esas dos malditas palabras había estado pensando en él cada segundo, pensando lo bonito que sonaba saliendo de su boca, con su voz y no tenía ni idea de por qué. Lo que sí sabía era que me negaba a sentir aunque fuera un poquito de cariño hacia él porque nada más que era un crío mimado que no sabía nada de la vida pero que la tenía solucionada desde hacía tres años.
En esas tres semanas, solo pasé por casa de Louis cuando él me llamaba diciendo que se había quedado dormido en su habitación. Sí, corría el riesgo de que se despertara y saliera de su habitación, pero Louis decía que no salía nunca de allí o por lo menos él no lo veía. Fui a casa de Zayn de vez en cuando con Timmy y tal, me gustaba estar con Zayn porque era el único que no sacaba el maldito tema de "hay que ver la putada que le has hecho a Harry" o "Pobre Harry, que lleva encerrado tres semanas en su habitación" y cosas por el estilo.
La verdad es que quizás había sido un poco drástica cortando todo tipo de relación con él, pero lo hacía por su bien, lo hacía para que dejara de sentir eso por mí y así poder recuperar nuestra amistad. No nuestra relación de follamigos, pero sí nuestra amistad. Aunque también lo hacía por mí, para evitar que mis sentimientos hacia él evolucionaran y acabaran siendo los mismos que los suyos.
Intentaba olvidarme de todo lo que habíamos hecho juntos pero era muy difícil teniendo en cuenta que cada vez que miraba el móvil había unas ocho llamadas perdidas suyas.
Me desesperaba, me desesperaba tanto que un día me llamó mientras que me estaba duchando. Enfadada, quise cogerlo para decirle que me dejara en paz pero no pude. Lo único que recuerdo es resbalarme y sentir un gran dolor en la cabeza.

[Narra Louis]
Me parecía increíble que no le hubiera visto el pelo a Harry en tres semanas teniendo en cuenta que vivíamos en el mismo piso. Estaba completamente destrozado, nada más que salía de su habitación para comer en mitad de la noche y eso me preocupaba bastante. Se había enamorado irremediablemente de April, estaba hasta las trancas. Nunca había visto a Harry enamorado y mucho menos con el corazón roto. Y si se comportaba así cuando le habían rechazado, significaba que estando enamorado de alguien sería el novio ideal. Era el típico chico que cuando se enamoraba, se enamoraba y punto. Lo peor era que él no lo sabía y claro, ahora le tocaba sufrir.
En esas tres semanas había visto a April ¿una? ¿dos veces? Me jodía, me jodía que por la gilipollez que habían hecho yo también tuviera que pagarla.
Estaba sentado en el sofá desayunando mientras veía mis dibujitos favoritos cuando mi móvil empezó a sonar insistentemente, era un número desconocido así que lo cogí pensando que sería una entrevista.
-------- CONVERSACIÓN TELEFÓNICA -----------
-¿Sí?
- Hola, buenos días, ¿con quién hablo?
- Louis Tomlinson.
- ¿Conoce usted a April Janet Tucker?
- Sí, ¿por?
- Verá, hemos recibido una llamada diciendo que se había dado un golpe en la cabeza y hemos mandado una ambulancia, usted era el contacto de emergencias así que le hemos llamado para que se pase cuanto antes por el hospital.
- ¿Qué? - me levanté del susto, sentí como si mi corazón se hubiera parado de golpe. - ¿Está bien? ¿Quien llamó?
- No lo sabemos, llamó una chica.
- Ahora mismo voy, gracias
--------- FIN DE LA LLAMADA ---------------------
Mierda. ¿Y si había sido su hermana la que había llamado? Seguro que ahora estaba atemorizada, pero yo no podía ir a su casa porque si me veía le daría un chungo así que llamé a Danielle para que fuera hacia allí y me contó que había sido ella la que la había encontrado, que sus hermanos no estaban en casa y que no me preocupara, que se quedaba allí para cuando llegaran. Eso me tranquilizó una milésima, por lo menos sabía que su hermana no había visto nada traumatizante. 
No tenía tiempo de quitarme el pijama ni peinarme ni nada así que decidí irme así tal cual. Quizás llamaría más la atención, pero estaba dispuesto a correr ese riesgo. Justo cuando me iba a ir, pensé que estaría bien que Harry supiera que había pasado algo así que volví sobre mis pasos y llamé a su puerta. Nada. Ni un ruido, ni un suspiro, ni nada. Estaba asustado así que abrí de golpe, lo que hizo que él se incorporara de un bote.
- ¿Qué coño te pasa? - dijo enfadado.
- Sé que llevas tres semanas alejado del contacto con los seres humanos, pero me gustaría que cuidaras tus formas.
- Lo siento, es que...
- Sí, lo entiendo, te han roto el corazón y bla bla bla pero...
- Si es de April ya te puedes ir yendo.
- Bueno, vale, pensé que te gustaría saber que está en el hospital pero si no quieres saber nada, me voy ya.
- ¿Qué?
- Lo que has oído, no hay tiempo ¿vienes? - No hizo falta ni que lo preguntara porque justo después de decir "lo que has oído" se había puesto en pie y se había arreglado un poco el pelo. Cogió un paquete de galletas, las llaves de su coche y salimos. Le agradecí el detalle de que condujera él porque yo estaba muy alterado, pero yo quería sobrevivir y el hecho de que condujera a 140km/h o incluso más, me acojonaba más de lo que ya estaba.
Eso demostraba lo mucho que la quería.
Finalmente, quince minutos después, llegamos al hospital. Aparcó como le salió de los huevos y nos bajamos del coche corriendo, entramos en el hospital y fuimos preguntando enfermera por enfermera si alguien sabía algo.
- Por favor, dígame que usted sabe algo del estado de April Janet Tucker - dije agarrando a un enfermero por los hombros.
- Sí, sí que lo sé.
- Menos mal - suspiramos.
- Antes de contarles nada quiero saber qué relación tienen con ella.
- Yo soy su mejor amigo y contacto de emergencia - dije.
- Yo soy... bueno... yo...
- Él también es un amigo - le interrumpí.
- Una chica llamó diciendo que había ido a buscarla a su piso porque no había ido al trabajo y que, al no abrirle, usó su propio juego de llaves. Cuando entró en el piso, escuchó que la ducha estaba abierta, así que fue y se encontró a la paciente tirada en el suelo con un charco de sangre al rededor de la cabeza.
- ¡Solo queremos saber cómo está!
- A perdido mucha sangre y su cerebro ha estado sin oxígeno unos minutos - carraspeó - le hemos cerrado la herida y se encuentra estable pero le hemos tenido que inducir un coma para que su recuperación sea más efectiva.
- ¿Despertará?
- Esa es la intención. - ¿Cómo que esa era la intención? ¿Me estaban tomando el pelo?
- Pero está bien ¿no? - preguntó Harry, que obviamente, no tenía ni idea de qué era un coma.
- Sí, solo una cosa - carraspeó de nuevo - ¿saben si tenía pareja estable?
- No exactamente...
- Sí - dije. April y Harry habían sido pareja totalmente durante este último mes y medio aunque ellos no quisieran verlo así. Pareja de follamigos viciosos que solo quieren roce, pero pareja al fin y al cabo.
- ¿Podemos contactar con él?
- Lo tiene aquí mismo - dije señalando a Harry.
- Ah bueno, señor...
- Styles.
-Señor Styles, me alegra decirle de que su novia está en buen estado pero, por desgracia y a causa de la pérdida de sangre y oxígeno del cerebro, ha sufrido un aborto natural.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Capítulo 14.

[Narra April]
No sé si me despertó el pequeño foco de luz que entraba por las rendijas de las cortinas o la ronca pero suave voz de Harry, lo que sí sabía es que estaba en mi lado de la cama observando atentamente la sombra de Harry moverse al otro lado de la habitación con su teléfono pegado al oído. 
Habían pasado poco más de tres semanas desde lo de Nottingham lo que significaba dos cosas: que era 14 de febrero, que llevábamos un mes y medio siendo follamigos y que Harry había cumplido 19 años hacía trece días.
- No, Lou, no es... - dejó escapar un suspiro desesperado - no es nada de eso. Siempre es algo especial, esta extraña relación es especial en todos los sentidos - no me moví, no quería que Harry viera que me había despertado y dejara de hablar. Harry se sentó a los pies de la cama, escuchando la respuesta de su mejor amigo y sin darse cuenta del hecho de que yo estaba totalmente despierta y cotilleando. - No, nada como eso tampoco. Es... no sé, es nuevo y extraño pero aun así me siento cómodo el tiempo. Nunca me había sentido tan seguro en una relación, y mucho menos, en una de este tipo - Su voz era como un susurro y se removía los rizos constantemente, algo que hacía siempre que estaba nervioso. - Sí... no, lo entiendo. Vale, saluda a Delilah de mi parte. Adiós. - Apartó el teléfono de su oído y lo dejó en la mesita de noche, justo al lado del mío, se frotó los ojos y se volvió a tumbar a mi lado, rodeándome con sus brazos y pegándome a él.

[Narra Harry]
Estaba muy feliz, todo iba bien en mi vida. Después de ese pequeño bache que sufrimos April y yo en enero, todo había ido a mejor. Ahora mismo no había empezado oficialmente el  tour por Reino Unido, lo que me venía genial teniendo en cuenta que era San Valentín.
Sé que una de las normas que habíamos establecido para que esto de ser follamigos funcionara, era que nada de sentimientos, nada de romanticismo pero, ¿a qué chica no le gustaba un bonito plan de San Valentín? Tampoco me lo iba a currar mucho puesto que no sentía nada por ella, pero sí había planeado ciertas cosas. No sabía decidirme entre llevarla al zoo, al acuario, al cine, a cenar, al parque o simplemente quedarnos en casas viendo pelis, pero algo de eso iba a hacer seguro.
Lo primero de todo era empezar el día bien, así que después de hablar por teléfono con Louis que iba a pasar todo el día con Delilah y volver a acostarme, me levanté de nuevo y fui a la cocina. Yo era todo un cocinitas, pero tampoco quería esforzarme demasiado por si se pensaba que sentía algo por ella así que hice masa para crêpes, fui al súper a por varios paquetes de lacasitos y me puse manos a la obra.
- ¿Qué es todo esto? - preguntó desde el pasillo.
- El desayuno.
- Huele genial - cogió un taburete y se sentó - Hasta has comprado lacasitos.
- Sí - le di la vuelta al crêpe que estaba cocinando y lo serví en un plato - ¿nutella y lacasitos?
- Dios, sí. - pese a que le puse muchísima nutella y un gran puñado de lacasitos, ella le añadió más. Cogió el plato rápidamente y empezó a comer con ansias. A algunos les podría parecer asqueroso pero para mí no había nada más sexy.
- ¿Tienes planes para hoy?
- Veamos... hoy es jueves así que tengo ensayos hasta las 12h ¿y tú?
- Absolutamente ninguno - sonreí. Si quería llevarla a algún lado tenía que ser por la tarde... ¿qué mejor sitio al que ir una tarde lluviosa que no fuera el cine? Exacto, ninguno. - Aunque me apetece ir al cine - dije para ver si picaba el anzuelo.
- Con lo caro que está, creo que solo tú puedes permitírtelo. - Mierda, no me lo estaba poniendo nada fácil.
- No, pero creo que me voy a quedar aquí viendo alguna película tipo "Todos los días de mi vida".
- Yo nunca la he visto - Bingo.
- Pues, ya que no tienes plan, podrías pasarte por aquí para verla.
- Sí, podría estar bien - cogió el plato, se levantó y lo dejó en el fregadero. - ¿Me paso a las de las 16h?
- Perfecto, así podrías quedarte aquí a dormir.
- ¿Así en frío?
- ¿Qué quieres?
- Una cenita romántica - dijo bromeando.
- ¿Qué quieres que te haga, hija?
- La pregunta es qué no quiero que me hagas - se rió y se fue a mi habitación, cinco minutos después salió con un chándal que había improvisado con mi ropa - Me llevo esto ¿va? Te lo lavo y te lo traigo luego.
- Vale.
- Pero no prepares nada porque no me quedaré a dormir.
- Vale, vale - le di un beso en la mejilla y se fue. Me recorrió un escalofrío, por lo que fui a cerrar las ventanas pero cuando me acerqué vi que estaban cerradas. ¿Y si el beso en la mejilla había sido la causa de ese escalofrío?
Sabía que me había dicho que no preparara nada pero yo quería, quería que se sintiera especial ya que ella me hacía sentirme así. Después de limpiar la casa, que creo que era la primera vez que lo hacía, cogí el coche y fui al videoclub más cercano a alquilar un par de pelis y comprar palomitas. Pillé "Todos los días de mi vida" y "(500) Days of Summer" porque había oído que estaban muy bien. Luego, fui al supermercado y compré los ingredientes necesarios para hacer la pasta más rica que hubiera comido April en su vida. También compré un par de velas y un par de rosas para poner un poco de ambiente.
Por fin llegó la hora, se me hizo eterno el tiempo que tuvo que pasar para que llegara, pero al fin lo hizo. Y unos minutos con retraso, llegó April. Estaba guapísima pese a que no se había arreglado. Iba en vaqueros con una sudadera y el pelo suelto cubierto por su beanie. Le di un beso y la dejé pasar, aunque no hacía falta porque ella misma se iba directamente al sofá, se quitaba los zapatos y se acomodaba al máximo. Ese era otro pequeño detalle que no entendía pero que me encantaba de ella.
- ¿Cuál ponemos?
- ¿Cuáles tienes? - dijo quitándose el beanie.
- "Todos los días de mi vida" y "(500) Days of Summer".
- ¿Y si ponemos la primera y cuando acabe ponemos la siguiente? - dijo tras pensárselo mucho. - Aunque quizás no da tiempo y no podemos ver la segunda... jo, ¿qué hacemos? - Ahí estaba otra cosa que me gustaba de ella: su eterna indecisión.
- Podemos ver primero "Todos los días de mi vida" y luego la otra y si no da tiempo porque te tengas que ir, vienes otro día y la vemos.
- Esa es una gran idea - puse la película y cogí el bol lleno de palomitas y dos paquetes de lacasitos para los dos, cogí una manta y me senté a su lado, poniéndola para que nos tapara a los dos. - Creo que es mejor así - cogió mi brazo y se lo pasó por los hombros, dejando apoyada su cabeza en mi pecho de forma que yo olía el perfecto aroma de su pelo. Con un brazo me rodeó la cintura y con el otro la parte delantera del cuerpo, de forma que parecía un bebé koala abrazado a su madre. Enredó sus piernas con las mías y me miró buscando aprobación.
- Sí, mucho mejor así - tenía el corazón acelerado y rezaba para que ella no lo notara, me estaba poniendo muy nervioso. Y el continuo sonido de las gotas golpeando el techo y las ventanas lo empeoraban todo.
- ¿Te pasa algo? - dijo un rato después de que empezara la película, la cual estaba siendo un poco aburrida incluso para ella. Quité suavemente sus brazos de mi alrededor y me levanté.
- Ven conmigo. - se levantó y me siguió hasta la puerta corredera de cristal que daba a la terraza, la abrí y salí a fuera. Era una sensación increíble y liberadora, me encantaba sentir las gotas de lluvia caer sobre mí y luego mirar al frente y ver el cielo encapotado. Me giré y la vi mirándome desde el interior - ¡Sal! - grité sacudiendo mi pelo, seguro que parecía un loco.
- ¡Entra! - gritó ella. Reí y volví a sacudir mi pelo.
- ¡Vive un poco, April! - puso los ojos en blanco, suspiró y vino corriendo encogida hacia mí. La agarré por la cintura y la atraje hacia mí - Hola, guapa - rió, cogió mi mano y tiró de ella para meternos dentro.
- Vamos adentro o nos pondremos malos - asentí y dejé que ella tirara de mí. Una vez dentro sonrió contenta de estar lejos del viento y la lluvia. - Cada vez actúas como un niño más pequeño, te lo juro.- La guié a la cocina, aunque ya supiera dónde estaba, y le ofrecí un taburete para que se sentara. 
- Toma - dije dándole una taza de chocolate caliente y lacasitos. Lo miró dudando - Vamos, es tu favorito, te ayudará a entrar en calor. Espera, quizás deberías cambiarte de ropa y ducharte, no quiero que enfermes.
- No me puedo creer que has hecho todo esto para tener una excusa para hacerlo en la ducha.
- No, de verdad que no.
- Bueno, no pasa nada, te robo un poco de ropa - se levantó y se fue hacia mi habitación, minutos más tarde apareció con un pantalón de pijama de Louis y mi sudadera favorita. Nos sentamos en el sofá y seguimos viendo la peli - Tengo frío.
- ¿Sí? Pues yo tengo calor.
- Pues yo sigo teniendo frío.
- Anda, ven aquí tonta, que te abrazo - estiré mis brazos y volvimos a la posición inicial, aquella que me ponía nervioso. La verdad era que me gustaba estar con ella. Mucho, me gustaba mucho.
Sin saber como ni por qué, a mitad de la película ya nos estábamos besando de tal forma que decidimos que sería mejor ir a la cama. Estábamos los dos sin ropa y yo no podía parar de pensar en lo mucho que me gustaba todo eso. 
Tenía que hacer las cosas bien, los escalofríos que April me hacían sentir, me tenían temblando cada dos por tres y eso no podía seguir así, tenía que saber el por qué de todo eso. No era yo mismo y no podía creerlo, desde hacía un tiempo no podía parar de pensar en otra persona que no fuera ella. Todo lo que quería era estar con ella siempre. Yo le daba todo y lo único que le pedía era un poco de atención, que se parara a pensar si las cosas que hacíamos me dolían o me gustaban o me confundían. Quería su cariño, quería su perfección, lo quería todo de ella. 
Y, entonces, ocurre. Ocurre que no quieres otros besos, que no quieres escuchar otra voz, ni quieres ver otra sonrisa. Y tuve claro lo que me pasaba, lo que sentía, lo tuve claro y no dudé en hacérselo saber.
- Te quiero.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Capítulo 13.

[Narra April]
Cuando terminé de hablar con Harry, la chica había desaparecido de mi campo de visión así que volví a la pista para bailar con Niall. Media hora más tarde, pasó por mi lado así que decidí seguirla. 
- Perdona, ¿dónde te has comprado ese vestido? - le pregunté una vez que entramos en el servicio.
- Es de Topshop.
- Anda - dije sorprendida de que esa tienda vendiera semejante vestido de zorra. - Pues es muy bonito.
- Gracias.
- A ti - sonreí y me fui. Si le gustaba el vestido, iba a tener vestido. Volví con Danielle y dos horas más tarde me fui con ella con la excusa de que me encontraba mal. Pude ver en la cara de Harry que le había jodido no irme con él, pero más me había jodido a mí que se comiera a la morena esa con los ojos.

[Narra Harry]
April había estado muy rara durante toda la noche así que no me sorprendió mucho que se fuera pronto, pero me dejó preocupado. Quizás estuviera rara por el beso que le di antes de entrar. Lo había hecho totalmente sin querer, fue como un acto reflejo y ahora la había cagado. 
Al final de la noche, me importó menos que se hubiera ido porque me llevé a casa a una rubia muy imponente. Sí, April y yo nos acostábamos, pero era una relación libre, mientras podía hacer lo que quisiera y si ella fallaba, pues tenía que tirar de otra.
- Buenos días - canturreé mientras aparecía por el salón.
- Serán para ti.
- ¿Qué te pasa ahora, Lou?
- ¿En serio me preguntas que qué me pasa? - dijo mirándome con desprecio - Me das asco ahora mismo.
- Si es porque me he traído a otra a casa...
- ¡Pues claro que es por eso! - me interrumpió.
- No pasa nada, April y yo no somos novios ni nada.
- ¡Pero a ella le va a doler, gilipollas! ¡A ver cuando te enteras de que April no es como las demás y que si sigues así, la vas a perder!
- No entiendo por qué te pones así.
- ¡Porque April es casi mi hermana y tú, mi mejor amigo, eres un perro con ella! ¡Por eso!
- Tranquilo, tío, que no se va a enterar.
- Ah así funciona todo en tu mundo. Mientras que no se entere, no pasa nada ¿no?
- ¿Pero por qué hablas como si estuviéramos saliendo?
- ¡Porque no me cabe en la cabeza que seáis capaz de mantener una relación así, porque si haces esto cuando ni siquiera estás saliendo con ella, no sé lo que harás cuando salgas con una chica en plan oficial y porque me jode!
- Vale, no soporto verte así de enfadado.
- ¿Y qué vas a hacer? ¿Acostarte conmigo para evitar el problema? - dijo burlándose  - ¿Sabes? Eso solo lo acumula.
- No, no me voy a acostar contigo, pero voy a hablar con April - cogí mi móvil y le escribí un mensaje "April, tenemos que hablar con urgencia, te recojo de los ensayos xx." - ¿Contento?
- Depende de lo que hables, pero por ahora sí. - reí - No te rías, más te vale que todo salga bien porque yo no voy a aguantar a April triste estos tres días en Nottingham.
Era sábado, así que los ensayos de April no durarían mucho. Además, ahora que había solucionado lo de Olly Murs, le dejarían salir antes para hacer las maletas puesto que nos íbamos al día siguiente. Lo de la gira había quedado en que ella bailaría en los conciertos de Nottingham y en los de Londres, así que solo estaría fuera de la ciudad los tres días que íbamos a pasar de promoción del tour en Nottingham.
Salí de mi casa poco antes de las 12h y fui directo al establecimiento en el que ella solía ensayar. Cuando llegué, me dijeron que ya se había ido a su casa así que cambié de rumbo. 
- Tienes suerte de que mis hermanos no estén aquí - dijo abriéndome la puerta.
- Bien - le di un beso en la mejilla y entré.
- Antes de que digas nada quiero enseñarte el nuevo vestido que me he comprado - se fue corriendo por el pasillo y apareció cinco minutos después con un vestido morado súper ceñido  que dejaba la espalda al aire y mostraba gran parte de sus pechos - ¿te gusta?
- Mucho - ¿Para qué iba a mentir? En ella me encantaba, lo que no quería es que todo el mundo fuera babeando detrás de ella. - April, yo...
- ¿Has comido? - me interrumpió.
- No.
- Yo tampoco, ¿vamos a comer?
- ¿Así vestida? - pregunté señalando el vestido.
- Claro ¿no has dicho que te gusta? - asentí - Pues ¿qué mejor que estrenarlo ahora?
- Nada - dije fingiendo una falsa sonrisa. Se puso unos tacones, cogió su bolso y fuimos al pub que había justo debajo de su casa. Pese a que estuvimos en la calle apenas dos minutos, noté que todos los tíos que pasaban por nuestro lado, se dejaban el cuello para mirarla de arriba a abajo y eso me enfadaba. Solo yo podría disfrutar de sus curvas de ese modo.
- Bueno, ¿qué querías decir?
- Que... - no sabía cómo decírselo. ¿Por qué era tan difícil? No le había puesto los cuernos ni nada, no entendía por qué me costaba tanto. Entonces vino el camarero y no pude evitar ver cómo fijaba sus ojos en el pecho de April. - Perdone, ¿puede dejar de mirarle el pecho?
- ¿Qué? - dijo el hombre sorprendido.
- Que deje de mirarle las tetas.
- Sí, sí, perdone - dicho esto se fue avergonzado.
- April, creo que deberíamos irnos.
- ¿Por qué? Yo tengo hambre.
- Sí, pero necesito que te quites ese vestido.
- ¿Por qué? Creía que te gustaba.
- Me gusta mucho, resalta mucho tus... tus virtudes pero no quiero que otros dejen charcos de babas al pasar por tu lado.
- Así que estás celoso.
- No.
- Harry.
- Bueno, sí - reconocí - pero es normal ¿no?
- Por fin me entiendes. - eso me pilló por sorpresa.
- ¿Qué?
- Ayer estuviste toda la noche pasando de mí y acercándote a chicas guapísimas.
- Ninguna era tan guapa como tú, te lo aseguro.
- Gracias, pero eso no impide que me dejaras tirada por el simple hecho de que sabías que luego íbamos a acostarnos sí o sí.
- ¿Y te has comprado el vestido para ponerme celoso? - asintió. Estaba sorprendido, esta chica era buena, muy buena, me gustaba cómo jugaba con la situación. - Anda, vámonos.
- Pero yo quiero comer.
- Te cocino algo en tu casa.
- Eso suena perfecto - nos levantamos y salimos de allí, entramos en su bloque y subimos hasta su apartamento. Entonces oímos que la tele estaba encendida - Mierda.
- ¿Qué?
- Ya ha llegado mi hermana, tienes que irte.
- ¿Por qué?
- Harry, eres su ídolo, ¿te imaginas qué pasaría si te ve en su propia casa y si cocinas para ella?
- Pero yo quiero quitarte ese vestido... - dije poniendo voz de niño chico.
- ¿Me lo llevo a Nottingham? - dijo juguetona.
- Sí. - dije mordiéndome los labios.
- De acuerdo - sonrió - Pues nos vemos mañana.
- ¿Pasamos a recogerte?
- Me haríais un gran favor.
- No se diga más - rió y le di un beso en la mejilla - Hasta mañana.

[Narra April]
Entré en mi piso muy feliz. ¿Por qué? Pues no tenía ni idea pero estaba segura de que lo era. Quizás que mi plan para poner celoso a Harry hubiera funcionado tenía algo que ver. 
Le preparé el almuerzo a mis hermanos y me fui rauda y veloz a hacer la maleta. Si os digo la verdad, estaba entusiasmada por ir a Nottingham y bailar en los dos conciertos que estaban planeados pero, sobre todo, por estar en el mismo hotel que los chicos, en el mismo hotel que Harry.

A la mañana siguiente, vinieron a recogerme a muy tempranas horas de la mañana así que tuve que despertar a mis hermanos para despedirme, lo que me dio mucha pena. Iban a ser solo tres días y ya habían estado solos más días en otras ocasiones, así que no fue tan duro como otras veces. Quedé con mi hermana en que la llamaría cuando llegara, después de comer, después de cenar, después de desayunar... y ella me dijo que buscaría enlaces para ver los conciertos así que todo iba a salir bien.
Salí de mi apartamento, bajé y le di mis cosas a Paul para que las guardara en el maletero, luego me metí dentro de la furgoneta. Me senté entre Zayn y Niall, de forma que tenía delante a Harry, Louis y Liam.
Nottingham estaba a poco más de tres horas de Londres, así que aprovechamos para dormir un poco. Cuando llegamos, fuimos directamente al hotel y de paso, desayunamos allí.
El primer día iba a tratarse solo de ensayos de coreografía y sonido así que luego teníamos la tarde libre para hacer lo que quisiéramos.
Mi habitación estaba en la cuarta planta y las de los chicos, en la más alta. Era muy simple, no tenía casi nada de decoración y la cama era un poco incómoda, pero estaba feliz de haber ido allí con mis amigos.
Una vez que nos instalamos bajamos a la recepción, donde habíamos quedado para que nos llevaran al estadio, allí nos estaría esperando Olly y el resto de las bailarinas. 
Mi ensayo duraba a penas una hora, mientras que el de los chicos, dos. Aunque bueno, yo decidí quedarme a verlo ya que no tenía nada mejor que hacer. Fue entonces cuando escuché sus canciones prestándole atención a las letras. Eran todas perfectas, como si hablaran de mi vida en particular. Había una que decía algo así como "I'm in love with you and all your little things" que me hizo llorar y otra... creo que se llamaba "Over Again" que era perfección absoluta y otra... ¿"Rock Me", quizás? Esa era sexo duro. 

Al día siguiente nos pasamos toda la mañana ensayando en el recinto donde se iba a dar el concierto y preparando cosas. Me asombraba ver que los chicos se limitaban a hacer el tonto en vez de a trabajar mientras que Olly se moría de nervios.
Me lo pasé muy bien bailando delante de tantas chicas en el miniconcierto de Olly Murs, la verdad era que me apetecía subirme al escenario durante el concierto de los chicos en plan infiltrada pero me matarían, así que me limité a disfrutarlo en el backstage.
Después, volvimos al hotel para descansar y poder darlo todo de nuevo al día siguiente. Estaba en mi habitación a punto de irme a dormir cuando alguien llamó a mi puerta. Me levanté de mala hostia y medio adormilada y abrí.
- Harry, ¿sabes la hora que es?
- ¿La del sexo postconcierto?
- No, gilipollas, la de dormir.
- Pues yo no tengo sueño.
- Pues tú precisamente eres el que tiene que dormir, porque si no mañana estarías igual que hoy mientras cantas.
- ¿Qué estás diciendo?
- Que tienes muy poca energía mientras cantas, parece que te vas a quedar dormido.
- Pues tú parece que bailas estando enfadada porque no sonríes nunca.
- Sí que lo hago.
- No.
- Y si en algún momento dejo de sonreír es porque viene una parte de la coreografía que requiere más concentración.
- ¿Qué concentración, si es el baile más tonto del mundo?
- ¿Perdona? ¿Y qué hay de tus letras? "Let's go crazy crazy crazy till we see the sun" ¿quién lo ha escrito? ¿Un mono retrasado?
- ¿Sexo postconcierto?
- Sexo postconcierto - asentí y me agarré a su cintura con mis piernas.

- Buenos días - susurró Harry en mi oído con una voz muy ronca, la típica de recién despierto.
- Hola - dije girándome hacia él y sonriendo.
- Hoy toca otro día duro - dijo levantándose para darse una ducha.
- No lo será para ti.
- ¿A qué te refieres?
- Harry, nada más que hacéis el tonto, solo os ponéis a trabajar cuando Paul o alguien de vuestro equipo os lo dice.
- Tú lo que tienes es envidia.
- ¿De ti? Explícame por qué.
- Pues porque yo puedo hacer lo que quiera en mi trabajo sin miedo a que me despidan.
- Oh sí, me muero de envidia.
- Se podría notar tu sarcasmo a miles de kilómetros.
- Ojalá te tuviera a miles de kilómetros.
- No decías eso anoche.
- Sabes que no me gusta que hables de lo que hacemos.
- Pero si no he dicho nada, además ahora solo estamos los dos.
- Ya, pero cuando lo dices suena súper rastrero.
- ¿Echamos un rapidito?
- Vale.
- Mierda, mira qué hora es - dijo Harry cuando nos estábamos duchando después de habernos acostado.
- No tengo reloj.
- Las 11h, son las 11h.
- Ah.
- ¿Cómo que "ah"? ¡Tendríamos que estar abajo ya mismo!
- ¿Ahora te preocupa tu trabajo?
- No tengo tiempo para otra pelea y otro polvo así que me voy - me dio un pico y salió de la ducha. Lo había vuelto a hacer. ¿Y si se estaba enamorando de mí o algo? No, seguro que no. No pude evitar recordar los consejos que me dio Danielle, quizás tuviera razón, quizás era hora de terminar con eso y volver a comportarnos como adultos.
Salí de la ducha nada más que oí el ruido de la puerta de la habitación al cerrarse, me puse la ropa del concierto y bajé rápidamente. Cuando llegué a la recepción, tuve que excusarme ante todos inventándome que no había sonado la alarma del móvil, lo que hizo que el idiota de Harry se riera. 
- ¿De qué te ríes?
- De la excusa que te has inventado.
- Ya, luego tenemos que hablar - aceleré mi paso y me fui a hablar con Zayn. No del tema del pico ni nada de eso, sino de cosas completamente al azar. Zayn era un buen tío, me gustaba mucho estar con él porque se podía hablar de cualquier cosa, por rara que fuera y encima daba muy buenos consejos.
Llegó la hora del concierto, momento en el que me olvidé de todos los problemas que tenía rondando por mi mente para dar lo mejor de mí. Es más, esa vez estuve todo el rato sonriendo.
Finalmente, cuando terminó, nos fuimos a tomar unas copas por la ciudad y luego volvimos al hotel. De nuevo, cuando estaba ya a punto de dormirme y pensaba que Harry no iba a venir, llamaron a mi puerta.
- Hola - me eché a un lado y le dejé pasar - siéntate, por favor - dije indicándole la cama.
- Sé de lo que quieres hablar - dijo anticipándose - lo siento, no fue mi intención, bueno, en teoría sí pero estaba un poco bebido y...
- ¿De qué estás hablando?
- De lo mismo que tú.
- Que yo sepa esta mañana no habías bebido absolutamente nada.
- ¿Qué pasó esta mañana?
- Eso ahora no importa, quiero oír por qué me pides perdón.
- ¿Sabes? No creo que sea necesario.
- Harry nomesétusegundonombre Styles.
- Edward - dijo rápidamente y bajito.
- Harry Edward Styles, ya estás tardando en decirme por qué lo sientes.
- ¿Recuerdas la fiesta de Zayn?
- Sí.
- Te fuiste muy temprano y yo... yo quería tema esa noche así que...
- Te llevaste a casa a otra tía.
- Sí - suspiró - pero te juro que no sentía nada por ella.
- Ni por mí tampoco ¿verdad?
- ¿Qué?
- Harry, esta mañana me has dado un pico y no ha sido la única vez, concretamente lo hiciste el día de la fiesta de Zayn.
- Fue un acto reflejo.
- ¿Sabes? Quizás debamos acabar con esto.
- Sí. - suspiró.
- Ha estado genial, nos lo hemos pasado bien pero esto no lleva a ninguna parte.
- Tienes razón, no quiero que te enamores de mí y sufras.
- ¿Perdona? ¿Yo enamorarme de ti?
- Sí. - reí.
- Eres tú el que se enamoraría de mí en todo caso.
- ¿De ti? - rió - ¿Con esa cara, ese piercing, esa personalidad y el compromiso que buscas? Ni muerto.
- ¿Y yo de ti? ¿Con ese pelo de escarola, esa nariz de pene y esa boca tan grande con la que podrías absorber la cabeza de un bebé? ¿Por no hablar de que sería como enamorarme de un niño de cinco años?
- ¿Qué te parece si echamos el último?
- Perfecto - se acercó a mí y nos besamos con mucha fuerza y rabia, como cada vez que lo hacíamos. Dijimos que ese sería el último pero nos equivocábamos, a la mañana siguiente hablamos y decidimos seguir con esa extraña relación que, por cierto, no tardaría mucho en llegar a su verdadero fin.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Capítulo 12.

[Narra Harry]
- ¿Follamigos? - preguntó Louis escandalizado cuando se lo conté. Tardé en hacerlo una semana porque antes quería ver cómo iba la cosa. ¿La verdad? Bastante bien.
- Sí - dije orgulloso.
- ¿Estáis locos? ¿Cómo es posible que April haya accedido a eso?
- No losé, como tampoco sé por qué te pones así.
- ¿Qué por qué me pongo así? ¿Tal vez porque es lo más estúpido que podríais hacer en toda vuestra vida?
- Pues no lo entiendo, es lo mejor que podríamos hacer porque nos acostamos todas las veces que queramos y luego podemos salir con quien nos dé la gana.
- Tú estás tonto. Los follamigos sufren mucho. 
- ¿Por qué?
- Supongo que habréis quedado en que nada de sentimientos ¿no?
- Exacto.
- Pues por eso sufren, porque no hay sexo repetidas veces con la misma persona sin amor, porque uno de los dos siempre se va a pillar del otro y va a sufrir mucho. Y, sinceramente, creo que en esta ocasión es April la que lo va a pasar mal.
- Puede que tengas razón.
- Más te vale no hacerle daño ¿te enteras? Si se enamora de ti, sé delicado con ella pero no le hagas sufrir, por favor.
- Vale, vale. - cogí mi abrigo, dinero y el móvil.
- ¿A dónde vas?
- He quedado con April antes de que se vaya a hacerse el tatuaje con Zayn para... bueno, ya sabes el qué.
- Eres un enfermo, sigo sin verle sentido.
- ¡Hasta luego! - estaba contento, muy contento. Tanto, que iba silbando por la calle. No solo podía acostarme con la chica más sexy que había visto en mi vida, sino que era libre para salir con otras. 
Me monté en el coche y puse el volumen de la música a toda hostia. Me apetecía cantar a pleno pulmón, gritarle al mundo que era muy feliz. Arranqué y puse rumbo a Covent Garden, la zona favorita de April. A mí también me gustaba, el único pero es que siempre había mucha gente e iba en tensión por si me reconocían. Aparqué en un sitio que había a una manzana del lugar en el que habíamos quedado y fui andando hacia allí. Por el camino, me iba parando para hacerme fotos con las fans que me lo pedían y todas me decían lo mismo "Se te ve muy guapo" o "Hoy muestras tus hoyuelos más que nunca". Pues claro, tenía una razón.
Entré en el pub en el que habíamos quedado y sonreí más aún al verla sentada en una de las mesas del fondo mirando su móvil. Estaba preciosa con su beanie y su abrigo gordito.
- Hola - le di un beso en la mejilla.
- Hola - guardó su móvil y me senté en frente de ella.
- ¿Nerviosa por el tatuaje?
- No mucho.
- Te veo más feliz que nunca ¿hay alguna razón?
- Iba a esperar a que nos reuniéramos todos para contarlo pero no puedo más - reí. Estaba muy mona cuando se emocionaba - El mes que viene empieza vuestro Take Me Home Tour por aquí, por Reino Unido.
- Sí.
- Y vuestro telonero va a ser Olly Murs.
- Exacto.
- ¡Pues me han escogido entre otras nueve bailarinas para ir con él por la gira de Inglaterra!
- ¡Eso es genial, April! - me alegraba mucho por ella pero más por mí, porque así no tendríamos que estar separados un mes, sino que estaríamos más horas juntos de lo normal.
- El único problema es que no puedo dejar a mis hermanos solos un mes entero...
- Pues déjalos con tu tía.
- ¿Un mes? Es demasiado.
- ¿Y no te los puedes llevar?
- Supongo pero me gastaría muchísimo dinero...
- El dinero no es nada comparado con que tus hermanos viajen contigo.
- Pero se perderán el instituto y todo durante un mes, no puedo, no.
- No seas tonta.
- No, Harry, no puedo. Eso es de lo que hablábamos la semana pasada, no tienes madera para ser padre.
- ¿Y qué más da? No estamos juntos, solo somos follamigos.
- Ya, pero ahora mismo te necesito como amigo.
- ¿Para qué si al final vas a hacer lo que te dé la gana?
- ¿Por qué te pones así?
- Porque pensé que habíamos quedado para tomar algo y luego acostarnos, no para que me rayaras con tus historias.
- ¿Sabes? Ser follamigos no implica tener sexo cada día.
- Pues eso es lo que llevamos haciendo toda una semana.
- Porque estás muy necesitado.
- ¿Y tú no?
- No.
- ¿Tienes tantas ganas de besarme como yo a ti?
- Sí.
- Pues vámonos. - nos levantamos rápidamente ya que no habíamos pedido nada y nos fuimos.

[Narra April]
Después de acostarme con Harry, salí de su casa y me fui al estudio de tatuajes en el que había quedado con Zayn.
- Hola, teníamos cita para hacernos un tatuaje cada uno - le dijo Zayn a la recepcionista.
- ¿Cómo se llaman?
- Zayn Malik y April Tucker.
- Perfecto, esperen unos minutos.
- Vale, gracias - nos sentamos en unos sillones que había al lado de la entrada - ¿Te pasa algo?
- No, ¿por?
- Se te ve triste.
- Bueno, es que he discutido con Harry.
- Deberías estar acostumbrada.
- Ese no es el problema, el problema es que en vez de solucionarlo, nos hemos acostado.
- ¿Qué qué? ¿Estáis juntos o algo?
- No, verás, hace una semana decidimos ser follamigos y hasta hoy todo iba bien.
- ¿Sabes? Aunque Liam o Niall dirían que es absurdo y está mal, yo no creo que acostarse para evitar el problema esté mal, no lo soluciona pero no está mal. Creo que todos los conflictos se deben a la tensión sexual así que el sexo es la respuesta. 
- Supongo que tienes razón...
- Y, por supuesto, si vais a seguir adelante con lo de ser follamigos, no debe enterarse nadie más.
- De acuerdo. 
- Y bueno, ¿puedo saber por qué habéis discutido?
- Claro - suspiré - Verás, me han escogido para bailar con Olly Murs durante su gira por Reino Unido y no sé qué hacer.
- ¡Eso es fantástico! - exclamó - ¡podrás pasar mucho tiempo con nosotros!
- Eso es lo único bueno que le veo, porque tendría que dejar a mis hermanos durante más de un mes con mi tía.
- O traértelos contigo.
- No pueden perder clases durante tanto tiempo.
- Puedo hablar con Olly para que hable con su administración y que te dejen bailar solo en los conciertos que hagamos en Londres.
- ¡Eso sería perfecto! - Justo en ese momento, nos llamaron para hacernos los tatuajes. Zayn se hizo un pequeño símbolo "+" en la muñeca, igual que el que tenían Louis, Harry y Liam y yo me hice unas notas musicales detrás de la oreja. Luego, nos fuimos a merendar algo a un Starbucks y nos fuimos a nuestras respectivas casas. Estaba viendo la tele ya con el pijama puesto cuando alguien llamó por teléfono.
---------- CONVERSACIÓN TELEFÓNICA ------------
- ¿Que Harry os habéis enrollado?
- Vaya, hola Danielle.
- Así que os habéis acostado, es increíble. Increíble.
- Todos le estáis dando más importancia de la que tiene. Harry y yo lo hablamos y comprendimos que después de tanto discutir merecíamos divertirnos.
- No, esto podría acabar rompiendo vuestra amistad. Cuando dos amigos pasan al sexo esporádico, uno de los dos acaba sufriendo. - resultó que Danielle tenía razón, pero ya lo veréis en otro momento.
- Escucha, está todo resuelto, nadie va a sufrir porque hemos establecido unas reglas.
- ¿Cuáles?
- Número uno: relación exclusivamente física, nada de sentimientos. Como solo es físico, no hay que ponerse románticos. Y ahora que estamos enrollados no nos peleamos, problema resuelto.
- ¿Y cuánto tiempo lleváis en ese plan?
- Poco más de una semana.
- Lo siento, April, pero creo que es una pésima idea.
- Harry me ha dicho que Louis piensa igual.
- ¿Y no pensáis que quizás tengamos razón?
- Ahora mismo nos la suda, la verdad es que preferimos esto a discutir cada minuto.
- Bueno, pero luego no me digas que no te he advertido.
- Vale.
- Por cierto, ¿vas el viernes a Funky Buddha para celebrar el cumpleaños de Zayn?
- Sí.
- Perfecto, nos veremos mañana.
- Adiós, te quiero.
---------- FIN DE LA LLAMADA -----------
Qué absurdo. ¿Por qué se empeñaban todos en que nos iba a ir mal?

Ya era viernes, lo que significaba que tocaba ir a Funky Buddha para celebrar el cumpleaños de Zayn.
Mi relación extraña con Harry iba de maravilla, cada vez que queríamos discutir nos acostábamos y nos ahorrábamos el problema. Era fantástico, la verdad. Aunque a Louis, Niall, Liam y Danielle les molestaba un poco la situación. A los chicos por si las fans se enteraban y lo juzgaban y a Danielle por si me hacía daño. Pero yo no sentía nada por él, lo que me asombraba bastante.
Esa noche, no me arreglé mucho ya que no tendría que ligar porque esa noche me acabaría yendo a la casa de Harry. Cuando llegué a la puerta de la discoteca solo estaba él.
- Hola - dije acercándome por detrás. Entonces pasó algo extraño: fui a darle un beso en la mejilla pero él giró la cabeza y se convirtió en un pico. A juzgar por su reacción, supuse que él también se había dado cuenta de lo raro que había sido.
- Estás muy guapa - dijo tartamudeando un poco.
- Gracias - dije incómoda. Entonces vi a los chicos en la otra esquina - Aquí están.
- Menos mal - suspiró. Sí, menos mal. Nos saludamos y esperamos a que llegara Danielle, una vez que lo hizo, entramos. 
Fuimos directos a la zona VIP, allí nos reunimos con más amigos de los chicos y nos tomamos unas copas, luego se fueron todos a bailar, quedándonos Danielle y yo solas. Estaba todo el rato pensando en lo del pico de antes así que decidí contárselo.
- Ha sido raro, raro, raro, rarísimo.
- Ya te dije que en toda relación de sexo esporádico hay alguno que sufre, pero no me hiciste caso. Nadie me hace caso. Es la historia de mi vida.
- ¿Y qué debo hacer?
- Solo puedes hacer una cosa: dejar de acostaros.
- Creo que va a ser que no.
- ¡Vamos! Lo tuyo con Harry es como con los cigarrillos: te fumas uno estando borracha y cuando te das cuenta, estás comprando un paquete.
- Bueno... quizás tengas razón.
- Aleluya.
- Hablaré con él luego, ahora me apetece bailar. - me levanté y fui a la pista en busca de Andy. Me encantaba ese tío, era súper fiestero y estaba como una puta cabra.
Estaba bailando con él cuando me fijé en que Harry estaba en la barra hablando con una rubia impresionante que llevaba un vestido más ajustado que su propia piel, pero él no la miraba a ella, miraba a una morena cañón que estaba dándole la espalda, de forma que se le caía la baba con su culo. Me puse celosa, muy celosa y decidí acercarme a él.
- ¿Qué pasa?
- Nada - dijo desembobándose.
- ¿Qué le miras a esa chica?
- Su... su... su vestido - asintió - Miro su vestido, es muy bonito. - dio un gran trago de su copa - ¿Te lo estás pasando bien con... - miró hacia de dónde yo había venido - Danielle?
- Andy, estaba con Andy.
- Ah vale.
- Sí, muy bien - sonreí falsamente - Tanto, que me vuelvo ahora mismo con él.
- Nos vemos luego.
- Sí - No solo me había mentido, sino que tenía toda la cara de decirme que luego nos veíamos. Si éste se esperaba que me acostara con él después de babear detrás de otra, no podía estar más equivocado.