domingo, 21 de octubre de 2012

Capítulo 5.

[Narra April]
A la mañana siguiente, después de dejar a Timmy en el colegio, me fui directa al plató de X Factor para el último ensayo. Esa noche teníamos que actuar así que estábamos ensayando con la ropa pensada para las distintas actuaciones. (esta) Habíamos estado ensayando desde las 10 y teníamos descansos cada hora, Louis no lo sabía así que me sorprendió cuando se pasó justo en el descanso de las 12h.
- Hola - le di un beso en la mejilla.
- ¿Te pillo en un mal momento?
- Todo lo contrario, estamos en un descanso de diez minutos.
- Vaya, estás preciosa - se apartó y me miró de arriba a abajo - ¿no se te salen las tetas bailando? - reí.
- Siempre se intenta que no sea así.
- ¿Sabes algo sobre Adam? ¿Va bien? ¿Está nervioso?
- Todo bien, es más, el número que estamos ensayando ahora es el suyo.
- Perfecto, esta noche te estaré buscando en mi tele - reímos.
- Bueno, te he hecho venir porque mi hermana quiere entradas para verte hacer no se qué en Doncaster.
- Jugar al fútbol.
- Eso - reí - pero están agotadas y quería saber si podrías colarla.
- ¿Y ese acto de rebeldía?
- Soy así de rebelde desde los 16 - rió - El caso es el cuando me lo dijo no quería ir pero luego pensé que estaría bien ir a mi ciudad a natal, así podría ver a tu madre, pasarme por mi antigua casa y ver a Stan, Geoff, Joshua y los demás.
- Voy a hacer una llamada y te cuento - justo cuando cerró la puerta, terminó mi descanso así que me puse a ensayar con el resto de las chicas por lo que Louis tuvo que esperar una hora para poder volver a hablar conmigo.
- Siento haberte hecho esperar, pero no podía salirme.
- No pasa nada, he aprovechado para hacerle una visita a Adam - reí.
- Bueno, ¿qué te han dicho?
- Que sí, que puedo llevaros conmigo. Paso a recogerlos el lunes justo después de comer.
- No, no vamos contigo.
- ¿Por qué?
- ¿Tú sabes la reacción de mi hermana cuando vio que le seguíais todos menos Harry? ¡Casi se muere! No puedo meterla en el mismo coche que tú.
- Entonces, ¿cómo piensas ir?
- En tren - rió durante un largo minuto - ¿has terminado ya?
- Sí.
- Pues nos vemos el 22 en Doncaster - le di un beso en la mejilla y entré a la sala de ensayos.

- ¡No puedo creer que estemos en Doncaster! - gritó mi hermana nada más que bajamos del tren. Habían sido dos horas y media de puro fangirleo y ya me dolía la cabeza. Hacía bastante frío así que me alegraba de llevar mi chaqueta de cuero y mi beanie. (Iba así vestida)
- Por si no lo recuerdas, nosotras somos de aquí.
- ¡Es verdad! - gritó de nuevo. 
- Bueno, tú ve al campo de fútbol y yo pasearé con Timmy.
- No sé donde está.
- Es verdad, apenas tenías seis años cuando nos fuimos de aquí. - Salimos del a estación y fuimos andando hacia el campo de fútbol en el que iba a jugar Louis con su equipo, aquél en el que se había pasado toda la vida entrenando. Había mucha gente, más de la que yo recordaba haber visto allí en toda mi vida aunque claro, todo era por Louis. La acompañé hasta el recinto y no me fui hasta que vi que había entrado. 
- ¿Por qué el cielo es azul? - preguntó Timmy señalándolo mientras andaba cogido de mi mano.
- Porque lo han pintado así.
- ¿Y por qué?
- Porque es un color muy bonito.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué haces tantas preguntas?
- No lo sé.
- ¿Por qué? - pregunté imitándolo.
- Te he dicho que no lo sé - reí - ¿Por qué esa casa es rosa? - dijo señalando una al final del camino. Esa era la casa en la que yo viví hasta los diez años.
- Porque ahí vivían un rey y una reina con sus dos princesas - dije sonriendo.
- ¿De verdad? - me miró sorprendido.
- Sí - sonreí.
- Quiero ir a verla.
- Vamos - aceleramos el paso hasta que llegamos a la entrada. Tenía aspecto abandonado, la verdad es que no pensaba que nadie se ocupara de ella. La fachada era rosa pero había acumulado tanta suciedad, que se veía de un rosa muy triste, casi gris. La pintura estaba desconchada y las contraventanas que solían ser blancas, colgaban del marco ahora gris a punto de caerse. La pequeña cancela de la entrada estaba oxidada así que solo hizo falta una pequeña patada para abrirla. Me moría por entrar y subir a la que fue mi habitación, asomarme a la ventana y admirar mi antigua ciudad pero no podía, la puerta estaba cerrada con llave y era imposible de abrir así que pasamos al enorme jardín trasero. La hierba me llegaba por la cintura por lo que tenía que llevar a Timmy en brazos, y las vallas estaban llenas de enredaderas con flores anaranjadas y espinas. Había malas hierbas al sur y árboles muertos de frutos podridos a la derecha, dejando el resto de flores amarillas. Pájaros, había varios pájaros y su canto... su canto era escalofriantemente precioso y me hacía sonreír. Recordaba que de pequeña me gustaba correr pisando la hierba, haciéndola crujir. Me gustaba trepar por los árboles y luego tumbarme sobre las flores, hacer un pequeño ramillete y llevárselo a mi madre. Recordaba que a ella le gustaba plantar rosas amarillas y poner el regado automático, yo saltaba y reía entre las gotas de agua. Me gustaba que los gatos se asentaran bajo los arbustos más bajos y maullaran para que les llevase comida. Me gustaba saltar para llegar a las frutas más altas de los árboles, me gustaba saltar las vallas sin que nadie me viera y cruzar corriendo el jardín del vecino para llamar a la puerta y salir a jugar. Y lo que más me gustaba era pensar que cuando creciera también me gustaría. En el fondo me alegré de que, aunque todo estuviera sumamente sucio y abandonado, siguiera igual que siempre. Me alegré al sentir que mi yo de hacía diez años sonreía dentro de mí.
- ¿April? - una voz de mujer me llamaba desde la casa de al lado.
- ¡Jay! - salí corriendo de mi casa abandonada y me metí en la de al lado.
- ¡April! ¡Oh Dios mío! ¡Qué mayor estás! - dijo mientras me abrazaba y me llenaba la cara de besos - Eres igualita que tu madre cuando tenía tu edad.
- Gracias - sonreí - Tú estás exactamente igual que hace diez años.
- Sigues siendo una mentirosilla - me pellizcó la mejilla - ¡Pero bueno! ¿A quién tenemos aquí? ¿Quién es este pequeñín?
- Soy Timothy James Tucker - dijo mi hermano estirando el brazo para darle la mano - encantado.
- Es mi hermano.
- Es una auténtica ricura, otro igualito que tu madre.- sonrió - Yo soy Jay - lo cogió y le dio varios besos, luego lo dejó en el suelo - Bien, ¿qué te trae por aquí?
- Mi hermana es súper fan de One Direction y hemos venido para ver jugar a tu hijo.
- No me digas - rió - qué casualidad.
- Pues sí.
- Te invitaría a tomar unas magdalenas pero el partido va a empezar y tengo a las niñas allí así que me voy para allá corriendo.
- Voy contigo. - por el camino le conté absolutamente todo lo que me había pasado en esos diez años y sentí que aunque hubiéramos estado tanto tiempo sin mantener contacto, era como mi segunda madre. - Mi hermana no puede ver que he venido contigo.
- ¿Por qué? No me digas que no le has dicho que su ídolo es tu mejor amigo - asentí - Pues tarde o temprano tendrá que enterarse.
- Lo sé. - Jay enseñó su entrada y pidió que nos dejaran entrar con ella. Pasamos detrás de todas las chicas pero no se dieron cuenta porque estaban embobadas viendo jugar a uno de sus ídolos. Y llegamos al banquillo, Jay se sentó ahí y yo me quedé detrás para que no me viera mi hermana. Jay le dijo algo a dos chavales que estaban sentados, miraron hacia mí y se levantaron rápidamente.
- April, ya ni vienes a saludarnos.
- Iría si supiera quienes sois.
- ¿Tanto hemos cambiado? - los miré detenidamente.
- ¡No puede ser! - solté un momento la mano de Timmy y los abracé con fuerza - Stan, Geoff, no sabéis lo mucho que os he echado de menos - mientras que los abrazaba, varias chicas miraban celosas.
- Y nosotros a ti, Aps. - nos separamos y me miraron de arriba a abajo - Has cambiado un montón, no te hubiéramos reconocido si no fuera porque Jay nos ha dicho que estabas aquí.
- No es para tanto.
- Sí, estás mucho más guapa.
- Bueno, gracias - sonreí - Este es mi hermano.
- ¿Quién? Ahí no hay nadie - miré a mi lado y vi que no estaba. Mierda. Mierda. ¿Dónde se habría metido el tonto? Lo estábamos buscando entre el público cuando un montón de niñas empezaron a gritar "ooh, qué mono" y cosas así, entonces miramos al campo y lo vimos, ahí estaba Timmy corriendo detrás de un chico para quitarle el balón.
- ¡Timmy! - grité - ¡Sal de ahí! ¡Ven! - no me escuchaba. Entonces un chico delgado y con el pelo negro se metió en el campo, lo cogió en brazos y vino hacia mí.
- Toma.
- Zayn, muchas gracias - lo abracé, era la primera vez que lo abrazaba y sentaba muy bien.
- No hay de qué.
- Te lo compensaré pronto - le di un beso en la mejilla - Timmy, ¿qué se te ha pasado por la cabeza para hacer eso?
- Uno de esos hombres gritaba "Timmy, cógela" y creía que era a mí - Zayn, Geoff, Stan y yo reímos.
- Pues no era a ti, era a uno del equipo - lo cogí en brazos - ahora dale las gracias a Zayn por haberte salvado la vida.
- Gracias.
- No, y un beso - Zayn le acercó la cara y él le dio un beso en la mejilla.
- Das unos buenos besos, tío. No nos han presentado, soy Zayn.
- Yo soy Timothy James Tucker - Zayn me miró y sonrió - ¿Eres un superhéroe?
- Sí, soy Superman.
- ¿Seguro? Porque yo creo que eres Batman - Zayn me volvió a mirar y reímos.
- No tenía ni idea de que estabas aquí - dije dejando a Timmy en el suelo y cogiéndole de la mano.
- Sí, hemos venido todos menos Harry, que ha aprovechado para quedarse en Londres.
- Golfeando.
- Pues seguro - rió - Yo tampoco tenía ni idea de que hubieras venido.
- Mi hermana es Directioner ¿recuerdas? - asintió - Esto es una especie de regalo de cumpleaños.
- ¿Cuándo es?
- El 26 de octubre.
- Le felicitaré por Twitter y me cuentas la reacción ¿vale?
- Descuida - reí solo de imaginármelo. Entonces el árbitro pitó dando por acabada la primera parte del partido así que Louis vino al banquillo. Saludó a Zayn, me dio un beso en la mejilla y revolvió el pelo de mi hermano.
- Tú debes de ser Timmy.
- Sí ¿y tú?
- Yo soy Lou, un amigo de April.
- Encantado - dijo Timmy estrechando su manita con la de Louis.
- Es muy espabilado ¿no? - dijo Zayn.
- Sí - Entonces llegaron Niall y Liam, que me saludaron y se presentaron a mi hermano. Estuvimos hablando unos minutos y luego firmaron cosas a las chicas que estaban alrededor nuestro. Finalmente, se reanudó el juego, esta vez sin Louis, que se quedó sentado en el banquillo unos minutos y luego se fue con los chicos a saludar a más fans. 
Cuando el partido terminó, me despedí de ellos, de Stan, Geoff y Jay y me fui a la salida a buscar a Lindsay.
- Qué vergüenza cuando Timmy saltó al campo - dijo Lindsay de camino que volvíamos a la estación de tren.
- Pero por lo menos lo ha tocado Zayn, no como a ti.
- ¡Es verdad! ¡Oh Dios! - cogió a Timmy en brazos y se restregó con él.
- ¡Eh! ¡Déjame! - lo soltó y se puso a mi lado para cogerme de la mano.
- ¡Zayn te ha cogido en brazos! ¡Eres el niño más afortunado del mundo!
- Y después de lo dio a mí, así que rocé su mano y me dio dos besos.
- ¡Jura!
- Juro.
- ¡Ay Dios! ¡Me va a dar algo! ¿A qué olía?
- No sé... a tabaco.
- Mentirosa, seguro que olía a cielo.
- April, ¿cómo huele el cielo?
- No sé, Timmy, según esta loca, huele a tabaco. - mi hermano se rió.
- ¡Qué desgraciada soy! - Lindsay empezó a hacer pucheros - ¡Soy la única Directioner de la familia y a vosotros os tocan y os besan y a mí me ignoran!
- No pasa nada, míralo por el lado bueno: has estado en el mismo sitio que ellos al mismo tiempo.
- ¡Es verdad! - gritó - ¡Quizás nos hemos rozado indirectamente o sin darnos cuenta!
- Lindsay, o paras o te quedas aquí.
- Si me quedara aquí, podría cruzarme con Louis en cualquier momento.
- Pues te callas o te callas, no hay más opciones.

2 comentarios: