Capítulo 1.

(FLASHBACK) (1998)
- ¡Mira que vestido tan bonito! Estarás guapísima con él - levanté la mirada de la muñeca que sostenía en mis manos y miré a mi mejor amigo sosteniendo un vestido blanco de muñecas.
- ¿Para qué me iba a poner ese vestido? - reí y volví a mirar a mi muñeca para acariciar su pelo. Él cruzó los brazos, se acercó a mí, se sentó y suspiró.
- April, cuando seamos mayores, ¿con quién vas a casarte?
- Bueno, mi mami me ha dicho que me voy a casar con mi príncipe. 
- ¿Un príncipe? ¿Un príncipe de verdad? - dijo con la boca abierta.
- ¿Quieres casarte? ¿Conmigo? ¿Ahora? - le miré sorprendida.
- ¿Ahora en plan casarnos de verdad? - él asintió y se levantó, me ayudó a levantarme y fuimos corriendo hacia la profesora que había en el patio.
- ¡Seño! ¡Seño! - dijo tirando de su vestido - ¿podemos casarnos?
- Si estáis en silencio... - nos fuimos corriendo a una esquina del patio.
- ¿Cómo nos casamos?
- Creo que así - me dio la mano y me puso un aro que había hecho con plastilina en el dedo y luego él mismo se puso el suyo. - Y ahora creo que tenemos que darnos un beso. - me puse colorada solo de pensar en besar a un chico.
- Vale, pero asegúrate de que nadie está mirando. - miré en todas direcciones para cerciorarme de que ningún compañero de nuestra clase estuviera mirando. Él cerró sus ojos con fuerza y se inclinó presionando sus labios contra los míos con brevedad.
- ¡Puag! ¡April y Louis acaban de darse un beso! - me quedé inmóvil al oír que un chico de mi clase no paraba de gritar eso.
- ¡Eh! ¡Podemos darnos todos los besos que queramos! ¡Es mi esposa!
(FIN DEL FLASHBACK)

- Lindsay, vete a la cama. - dije al darme cuenta de que todavía estaba sentada tecleando en su blackberry.
- ¿Qué? - levantó la vista - ¿Por qué?
- Porque son más de las 23h y mañana tienes clases.
- Y tú trabajas mañana y aquí estás, tirada en el sofá bebiendo un botellín como cada noche.
- Sabes perfectamente que trabajo de noche. Y yo tengo 20 años y tú 16 así que no tengo que darte explicaciones.
- Pero...
- Pero nada, cállate y vete, no vayas a despertar a Timmy, que está durmiendo desde hace un rato. Por cierto, mañana lo llevo yo al colegio.
- ¿Desde cuándo eres tan mandona, poco divertida, madre y deprimente?
- Desde que papá y mamá no están - dije mirándola llena de rabia, odiaba que me hiciera decir esas cosas, me dolía mucho. - Y ya deberías haberte acostumbrado. - Sin decir una sola palabra, se dio la vuelta y cruzó el pasillo para ir a su habitación. Justo cuando escuché que su puerta se cerraba, llamaron al timbre. Me levanté botellín en mano y fui a abrir de mala gana.
- Hola - dijo una voz quebrada.
- Danielle - la miré, tenía los ojos hinchados y la nariz roja. Estaba claro que había llorado - ¿que ha pasado?
- Liam y yo hemos roto - estiré los brazos y la abracé con fuerza.
- Pasa. - entramos y se sentó en el sofá - ¡Menudo capullo! Te dije desde el primero momento que no iba a acabar bien y que era un cabrón como la mayoría de famosos.
- Lo sé pero yo le quería.
- ¿Por qué habéis roto?
- Porque ya nunca tenemos tiempo para estar juntos ni nada.
- ¿Ha sido él? - asintió - Es que es gilipollas, es que lo veo y lo reviento, te lo juro.
- April, estoy bien, de verdad - dijo cogiendo con cuidado el helado que le acababa de ofrecer. Me dejé caer a su lado y le di mi botellín para que le diera un trago - ¿Estás viendo "Buscando a Nemo"?
- Sí - rió suavemente y miró al suelo. Levantó la cabeza y me fijé en que tenía los ojos húmedos y le temblaban los labios. - Dani, ¿estás segura de que estás bien? - asintió ausente, intentando concentrarse en la película. - No tienes que ser fuerte siempre ¿sabes? - cogí el mando y apagué la tele.
- Oye, ¿me puedo quedar aquí hasta que Liam saque sus cosas de mi piso? Serán un día o dos, lo prometo.
- Claro.
- Gracias, eres una buena amiga.
- Sabes que mi puerta siempre estará abierta para ti porque eres mi mejor amiga, Dani. Ahora, deja de evitar el tema. ¿Cómo te sientes? - crucé mis piernas a lo indio y ella hizo lo mismo.
- Bueno, ya sabes que no importa lo fuerte que sea una persona, siempre tiene puntos débiles - su voz estaba rota - pero a veces, lo único que necesitan es un abrazo. - añadió en un susurro mientras le resbalaba una lágrima por la mejilla. Lo tomé como una petición y la abracé, ella me correspondió con la misma fuerza y rompió a llorar en mi hombro.

- ¿Por qué ha dormido Danielle con nosotros hoy? - preguntó Timmy mientras andaba cogido de mi mano de camino al colegio.
- Porque le están arreglando la casa.
- Pues dile que se puede quedar todo el tiempo que quiera - le miré sorprendida. Para tener cuatro años, era muy tierno y maduro.
- ¿Y eso?
- Es que su pelo me hacía cosquillas mientras dormíamos - reí. Mi casa solo tenía dos habitaciones, en la de matrimonio dormíamos Timmy y yo mientras la de Lindsay era la individual que había al principio del pasillo, de forma que Danielle había dormido esa noche con Timmy y conmigo.
- Mañana ya volverá a su casa.
- Jo - me agache, le arreglé el pelo y le di un beso.
- Te recoge Lindsay ¿vale?
- Vale - me dio un beso y entró corriendo en el colegio. Qué chico era, jo. Me di la vuelta y volví a casa. Cuando llegué, Danielle ya estaba despierta y estaba limpiando la casa.
- ¿Qué haces?
- Agradecértelo.
- Eres tonta, no tienes que hacer nada, deja mi casa tan sucia como estaba - rió.
- Oye, tengo que pedirte otro favor.
- Lo que sea.
- ¿Te importa pasarte por mi piso y ver si Liam ya ha recogido sus cosas? - dijo dándome las llaves - Es que si voy y no se las ha llevado, me va a dar una bajona.
- No, en absoluto - cogí las llaves y me fui. Había estado mil veces en su casa pero nunca había visto a Liam. Seguro que era el típico tío que va de dulce, de mejor amigo y luego resulta que es un cabrón. Qué asco me daba esa gente. Llegué al bloque, subí las escaleras y, cuando me planté delante de la puerta de su piso, me llevé la sorpresa de que estaba abierta. Me asomé un poco y, de pronto, algo me frenó.
- ¿Tú? ¿April? ¿Qué haces aquí?