viernes, 2 de noviembre de 2012

Capítulo 9.

[Narra Harry]
- Harry - dijo Louis abriendo la puerta de mi habitación y entrando en ella - hoy vamos a ir a la casa de Zayn a comer ¿vienes?
- Déjame dormir...
- No - dijo descorriendo las cortinas - Entiendo que es domingo y que ayer tuvimos una fiesta pero sabes que en esta casa empezamos el día temprano y con energía. ¿Vienes o no?
- ¿Por qué en la casa de Zayn?
- Porque tiene césped y hace un día genial para hacer una barbacoa y jugar al fútbol.
- ¿Tenemos que llevar algo?
- Las bebidas porque Zayn pone la carne y April el pan.
- ¿Va April? - asintió - Pues yo no.
- Harry, no seas idiota.
- Lo soy. - suspiró y se fue. Sospechaba que se había enfadado así que me levanté y me senté en la mesa del comedor a desayunar. Había sido despertarme y pensar en April, en lo mal que me sentó verla la noche anterior rodeada de tíos babosos - ¿Sabes? Deberíamos hacer otra fiesta el fin de semana que viene e invitar a las chicas más guapas y fáciles de Londres.
- ¿Estás loco? Sería demasiado.
- ¿Por qué no?
- ¿Por qué sí?
- Porque April estuvo toda la noche hablando y bailando con chicos.
- Primero, no estuvo bailando toda la noche porque no le gusta bailar a menos que sea por trabajo - reí de lo rara que era - y segundo, ¿estás celoso?
- No, es solo que tenemos que hacer otra fiesta e invitar a las tías más guarras de la ciudad...
- Para ponerla celosa - me interrumpió.
- Exacto - dije sin pensar.
- No te entiendo - suspiró - No entiendo por qué no aguantas que esté con otros y luego que cuando esté contigo la trates fatal o que ni siquiera quieras verla.
- No es eso...
- Me da igual lo que sea - me interrumpió de nuevo - solo quiero que sepas que April no es como las chicas que venden su amor a muchos hombres con las que te sueles juntar.
- ¿Acabas de llamar putas a las chicas con las que me junto?
- Sí.
- Vale, era para tenerlo claro - reímos - Tranquilo, sé que es diferente.
- ¿Te gusta?
- ¿Qué dices? - reí - Es odiosa.
- Pero te gusta.
- ¡¿Te callas?!

[Narra April]
- Buenos días - murmuré dejándome caer en el sofá, justo al lado de un Timmy embobado con los dibujitos.
- Por lo que veo, la fiesta estuvo bien.
- No mucho, la verdad. No paraban de acercarse tíos para presentarse y yo solo quería... en fin, da igual.
- ¿Puedo ir el viernes que viene a una fiesta? - soltó así de repente.
- No.
- ¿Por qué?
- Porque en las fiestas hay alcohol, droga y muchos tíos que intentarán violarte.
- Pero tú fuiste a muchas con mi edad.
- Para revelarme contra el mundo. Además, así he acabado, fumadora.
- Pero...
- Pero nada, es muy temprano como para tener que aguantar una pelea de las nuestras.
- Te odio.
- Lo sé.
- Por lo menos llévame hoy de compras ¿no?
- ¿Eres consciente de que vivimos solo de mi sueldo?
- Sí pero estamos a 24 de noviembre y vendría bien que compráramos abrigos y tal.
- En eso tienes razón... además Timmy ha crecido mucho en el último año.
- ¿Me voy vistiendo? - ni me dio tiempo a contestar, se fue directamente a su habitación.
- Vamos, peque - dije abrazando a Timmy para desembobarlo con suavidad.
- ¿A dónde? - dijo sin dejar de mirar la tele y casi sin mover la boca.
- A comprar ropita.
- Yo no quiero.
- Con que esas tenemos eeh - empecé a hacerle cosquillas y al cabo de media hora ya estábamos saliendo del piso.
Me gustaba mucho pasar tiempo con mis hermanos y últimamente no podía casi nunca o bien por el trabajo, o porque salía con los chicos y me daba cosa por si se sentían dejados de lado. Me gustaba que Timmy fuera cogido de mi mano y preguntándome el por qué de muchas cosas mientras Lindsay iba andando tres metros por delante y tecleando continuamente en su blackberry. También me gustaban esos momentos en los que Timmy se callaba y se limitaba a observar, permitiéndome pensar en mis asuntos. ¿En cuáles? Pues normalmente pensaba en mi trabajo, o en luego tenía que llamar a Danielle, o en las facturas pero estaba vez nada más que pensaba en una cosa. Bueno, en una persona.
El gilipollas de Harry no paraba de dar vueltas en mi cabeza y no entendía por qué. Vamos a ver, si era un gilipollas, ¿por qué coño estaba en mi cabeza 26h al día, los ocho días de la semana?
Desde que lo había conocido mi vida se había vuelto un completo sinsentido, me pasaba el día pensando en él y no entendía por qué iba a ver a Louis todos los fines de semana pese a que sabía que Harry estaría con él aunque bueno, Danielle tenía una teoría: en el fondo quería verle a él y usaba a Louis como excusa. Y sinceramente, ya no sabía ni qué pensar. 
Y sí, había convertido mi vida en un sinsentido pero la había llenado de alegría. Y os preguntaréis: ¿cómo te la va a llenar de alegría si estáis todo el rato discutiendo? Pues yo no tenía ni idea pero me alegraba, hacía que tuviera ganas de que llegaran los fines de semana y hacía que mi vida fuera más feliz de lo que solía ser antes de conocerlo.
- Tengo hambre, ¿me compras un pastelito? - preguntó Timmy tirando de mi mano hacia abajo y señalándome una pastelería.
- Claro.
- ¡Bieeeen! - me soltó la mano y corrió hasta entrar en la pastelería. Cuando yo llegué, él ya había pedido una napolitana y me estaba esperando para que pagara. Entonces me acordé de que debía comprar el pan para la barbacoa que iban a hacer los chicos en la casa de Zayn.
- Póngame varios molletes, por favor.
- ¿Cuántos?
- Pues no sé... vamos a hacer una barbacoa y seremos... dos, tres, cuatro... seis personas. Ponga diez por si alguien quiere repetir o algo.
- De acuerdo - se giró, cogió las piezas de pan y las metió en una bolsa - Cinco libras.
- Tome.
- Gracias.
- A usted, adiós - le volví a dar la mano a Timmy y fuimos a donde estaba Lindsay.
- ¿Y todo ese pan?
- Es para la barbacoa de hoy, se me había olvidado contártelo. Me voy directamente para la casa de Zayn, prepara cualquier cosa para comer.
- Para el carro. Primero, ¿ha casa de Zayn? - dicho esto vinieron ruidos inaudibles - haz fotos. Segundo, he quedado para comer.
- ¿Y ahora qué hago?
- Llévate a Timmy - lo miré y me miró sonriendo. ¿Qué iba a pasar? Seguramente comería y se quedaría dormido.
- Está bien, pero tú cargas con las bolsas - le di las bolsas de las cosas que habíamos comprado y me fui con Timmy hacia la casa de Zayn.
- ¡Haz fotos! - gritaba sin parar desde la lejanía. Qué vergüenza.
Tenía la dirección de la casa de Zayn, estaba en una zona residencial a las afueras de la ciudad. Era una zona cara y donde solían vivir la gente famosa o con el dinero suficiente como para permitirse una casa de diez habitaciones, cuatro cuartos de baños, piscina, un jardín inmenso y demás. Yo me encontraba en el centro de Londres así que iba a tardar, como poco, media hora y más incluso si iba tirando de Timmy.
Finalmente, una hora más tarde, me encontraba en el puerta de su casa. Me sorprendió no ver niñas acampadas, cantando y haciendo cosas típicas de niñas enamoradas de un grupo.
Llamé al telefonillo y Zayn abrió sin preguntar quien era, cualquier día se le colaba alguien y se buscaba el mismo un problema.
- Por fin has llegado - dijo Zayn dándome dos besos.
- Estaba en el centro comprando ropa, lo siento. - dije entrando en su casa sin pedir permiso alguno.
- No pasa nada - cogió la bolsa con el pan y fue a dejarla a la cocina - ¡Pero bueno! - dijo cuando se fijo en que mi hermano iba andando escondido detrás de mí - ¡Hola, tío! - dijo Zayn acercándose y agachándose a su lado para darle un beso en la mejilla. 
- Hola - dijo sacándose el dedo de la boca para que se le entendiera.
- ¿Te gustan las hamburguesas?
- ¡Mucho! - exclamó separándose un poco más de mí, señal de que ya estaba cogiendo confianza.
- Pues hoy vamos a comerlas.
- ¡Qué guay! - Zayn me miró sonriendo y luego se levantó.
- Vamos al jardín, que están todos allí.
- ¿Todos?
- No, Harry no ha venido - contestó como si supiera de qué iba la cosa. ¿En serio? ¿No había venido? Ya no solo es que estuviéramos en el mismo sitio y me ignorara, es que ahora directamente evitaba ir a los mismos sitios que yo. Muy maduro por su parte. Aunque claro, ¿qué se puede esperar de un niño de 18 años que tiene su vida solucionada desde los 16? - ¡Chicos, mirad quién ha venido!
- Hola, April - dijeron todos a la vez antes de levantarse por turnos para darme dos besos.
- No me refiero a April - suspiró - ¡ha venido Timmy!
- Tim - corrigió mi hermano.
- Yo soy tu amigo, yo te puedo llamar Timmy ¿verdad? - dijo Zayn de nuevo agachándose a su lado y agarrando su cinturita. 
- Sí - asintió - tú eres mi amigo pero cuando yo ya sea más mayor me tienes que llamar Tim.
-Trato hecho - dijo Zayn riéndose y ofreciéndole su mano para chocar los cinco.
- ¡Hombre! - exclamó Louis entrando por la puerta trasera con un balón en sus manos - ¿qué hace aquí mi chica favorita? - se acercó y me dio un beso en el mejilla, luego se acercó a Timmy y le pellizcó el cachete. - Hola, colega.
Un rato más tarde, preparamos la barbacoa y empezamos a hacer las hamburguesas. 
- Toma, Timmy, esta para ti - dijo Niall.
- Vale, pero yo quiero hacer una.
- No puedes - dijo Liam - es peligroso.
- ¿Tu hermana te deja? - preguntó Niall mirándome buscando mi aprobación. Negué con la cabeza.
- Sí.
- Eres un mentirosillo - dijo Niall riéndose.
- Jo, yo quiero hacer la de mi hermana - dijo haciendo pucheros.
- Bueno, no creo que pase nada porque haga una - dijo Louis cogiéndolo en brazos. Se dirigió a la barbacoa y puso la hamburguesa para que Timmy le diera vueltas. Después de que consiguiera hacerme una hamburguesa bastante quemada, Louis lo sentó en los hombros de Niall para que viera cómo se hacían bien. 
Me había molestado un poco que Louis hubiera ignorado mi opinión y le hubiera dado a Timmy lo que quería porque no quería que se volviera un niño mimado. Sí, solo había sido una vez pero quizás Louis lo consentía más y no era nadie como para educar a mi hermano. Bueno, sí, mi mejor amigo pero ya está.
Nada más terminar de comer, los chicos se pusieron a jugar al fútbol con mi hermano mientras yo le mandaba fotos a Lindsay. Al rato, Timmy se sentó en mi regazo y se recostó sobre mí.
- ¿Estás cansado? - asintió lentamente - ¿Quieres echarte un ratito en el sofá a dormir?
- No - dijo casi sin abrir la boca - yo quiero jugar con mis amigos - reí al ver que se refería a los chicos como sus amigos.
- Puedes dormir ahora un poquito y así luego tendrás más energía para jugar y les ganarás a todos - le retiré el pelo de la cara - ¿quieres dormir o no?
- Sí. - lo cogí en brazos y me acerqué a Zayn.
- Tiene sueño, ¿te importa si lo acuesto en tu sofá?
- Acuéstalo mejor en la habitación que hay entrando a la izquierda.
- Vale, muchas gracias.
- Nada. - entré y fui a la habitación que me había dicho. Era muy grande, de color celeste bebé y tenía una gran ventana que daba al jardín. Destacaba la cama individual que había pegada a la pared de la ventana. Lo puse con cuidado en la cama y, pese a que sabía que luego tendría que hacer la cama, lo tapé para que no tuviera frío.
Me asomé por la ventana y vi que había alguien más con los chicos. Alguien un poco más alto que ellos, con el pelo rizado y la espalda ancha. ¿Qué hacía aquí? No es que no quisiera que viniera pero si decía que no iba a venir pues que no viniera ¿no? Además, me lo estaba pasando muy bien como para que ahora viniera el imbécil ese y lo estropeara todo. Salí al jardín y me acerqué a donde estaban los chicos. 
- Hola - dije secamente después de cinco minutos esperando a que él me saludara. No dijo nada. Ni un hola ni nada, simplemente sonrió. Sonrió mostrando esos preciosos hoyuelos.
- Bueno - dijo Louis para cortar el mal rollo - April, ¿juegas con nosotros?
- Claro, sabes que me encanta.
- Perfecto, somos seis así que hacemos un tres contra tres - cogió el balón - mi equipo estará formado por Niall, April y yo.
- No es justo - se quejó Zayn - Niall y tú sois los que mejor jugáis al fútbol.
- Pues entonces tú, April y yo.
- ¿Por qué no puedo estar en tu equipo? - preguntó Harry.
- Porque está April.
- ¿Y por qué tiene que estar April?
- Para compensar. - Dicho eso, marcamos una especie de campo con zapatos de Zayn y comenzamos a jugar. Iba ganando el equipo de Niall, Liam y Harry pero era bastante entretenido, sobre todo cuando yo llevaba la pelota y para quitármela me cogían como un saco de patatas y cosas así.
- Bueno, me voy ya - dijo Harry una hora después.
- ¿Ya? - preguntó Louis extrañado.
- Sí, tengo que hacer las maletas.
- ¿Maletas? - pregunté asustada.
- Sí - dijo Liam - vamos a hacer promoción de "Take Me Home" hasta el 29 de noviembre, que iremos a US para cantar el 3 de diciembre en el Madison Square Garden.
- Pero, ¿qué promoción vais a hacer si el disco salió hace once días?
- No sé, pero es lo que nos mandan.
- Entonces habéis hecho esto para despediros de mí - asintieron.
- Bueno, yo me voy - dijo Harry mirándome como esperando a que yo le dijera algo o le abrazara.
- Adiós, disfruta - dije poniendo mi mano en su hombro - y ten mucho cuidado.
- ¡Harry! - exclamó Louis desde la otra punta del jardín cuando él ya se iba - ¡llévate el balón!
- ¡Vale! - Louis chutó el balón y fue a parar directamente a la cara de Harry. Él dio un pequeño grito y se tapó la nariz con las manos.
- ¡Ay Dios mío, Harry! - me acerqué a él y puse mi mano en su espalda, seguidamente vinieron los demás.
- ¿Estás bien?
- ¿Te duele?
- Creo que... creo que tengo sangre - puse mis manos en las suyas y se las separé un poco de la nariz. En efecto.
- Espera, voy a por pañuelos.
- No, mejor ve a por el botiquín - dijo Zayn - está en el cuarto de baño de al lado de la habitación en la que está tu hermano.
- Vale - fui rápido, no corriendo pero sí andando a cierta velocidad. Al pasar por delante de la habitación en la que dormía Timmy, escuché que hablaba en sueños. No entendía lo que decía así que no me paré a escuchar, fui directamente a por el botiquín. Salí al jardín y cuando Harry me fui abriendo el maletín, me miró asustado.
- ¿Pretendes hacer de enfermera?
- Bueno, puedo dejar que te vayas con la cara ensangrentada pero ¿sabes? por extraño que parezca, prefiero intentar curarte. - No rechistó más. Le limpié toda la sangre que pude e iba a ponerle pañuelos en los orificios nasales pero quería vengarme de él, así que fingí que no había de forma que tuvimos que ponerle dos tampones que llevaba en el bolso en la nariz. La imagen era épica así que aprovechamos para hacernos fotos con él. Por suerte solo fue un golpe así que como mucho a la mañana siguiente se despertaría con un enorme moratón en la cara.
- ¡Ay Dios mío, Harry! - dijo Louis imitándome una vez que Harry se había ido.
- Espera, voy a por pañuelos - dijo Zayn siguiéndole el rollo.
- Parad.
- A April le gusta Harry - canturreó Niall.
- Se ha puesto roja - dijo Louis.
- No me gusta ¿vale?
- ¿Entonces por qué reaccionaste así?
- Hubiera reaccionado así con cualquiera de vosotros - intenté defenderme - además, si me gustara no le hubiera metido los tampones en la nariz para reírme de él ¿no?
- Cambiando de tema - dijo Zayn - ¿te importa si subo a Twitter la foto que me he hecho hoy con tu hermano?
- No, tranquilo. - dicho esto sacó su móvil y twitteó la foto con el título "Mi amigo Timmy y yo :) @AprilTucker, deberías traerlo más a menudo aha xx." - Por cierto, ya está anocheciendo, será mejor que me vaya.
- Te llevo - dijo Louis.
- Está bien - fuimos a por Timmy, que seguía durmiendo. Quería despertarle porque si no luego no iba a dormir pero no podía, era demasiado tierno y comestible.
- ¿No podrías venir a vernos el 3 de diciembre al Madison Square Garden? - preguntó una vez que estuvimos montados en el coche.
- ¿Te imaginas? - dije mientras miraba las fotos que nos habíamos hecho esa tarde - No tengo dinero como para comprar tres billetes de avión a Nueva York ni las entradas para vuestro concierto, además estaré trabajando.
- Es una lástima, entonces no te veremos durante casi un mes.
- Sí - suspiré.
- Te vamos a echar de menos.
- Y yo a vosotros - dije mirando la única foto que me había hecho con Harry, aquella en la que yo salía riéndome de él por llevar tampones en la nariz y él salía enfadado. - Y yo a vosotros.

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